Rasgos y actitudes de la persona autentica
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No oculta
su nerviosismo. No
consideran una debilidad conectarse con sus sentimientos y no rechazan haber transparentado sus emociones, aunque
esto quizá no sea bueno para jugar al póquer.
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No temen
mostrar sus opiniones. No
forzaran sus propias opiniones y no tienen temor en reconocer las dudas y las
diferentes opiniones que hay sobre el tema. Aunque esto implica que algunos que
buscan seguridades no les agrade.
ü
No
ocultan su tristeza. Es propio de la persona auténtica reconocer que el
dolor y la frustración son emociones
naturales y deben ser aceptadas. Con el
riesgo de que algunos lo consideren como falta madurez.
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No les
avergüenza ofrecer cumplidos espontáneos. Incluso
en situaciones que no son esperadas. Con el riesgo de ser mal interpretado por
personas suspicaces.
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Expresan
enfado de manera directa. No esconden su enfado o decepción por algo.
Superan la actitud pasivo-agresiva ante los conflictos. Actúan de modo
consecuente y muestran rechazo ante
cosas que consideran injustas.
ü Expresan
sus creencias sin tratar de
racionalizarlas. Explica
y da razones de sus opciones pero no pretende que todos las compartan. No
renuncia a reconocer que la incertidumbre convive con la certeza y que las
decisiones basadas en los valores y en el corazón son tan válidas como el
conocimiento basado en los hechos contrastados.
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No juzga
a los otros. La
honestidad es también cuestión de no juzgar el comportamiento de los demás,
basándose en una medida propia de sus convicciones. Ser consciente de tu propia
libertad y autonomía no te permite situarte en un escalafón moral por encima de
los otros para criticar.
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Reconócelas
debilidades de los otros y las acepta.
Acepta y respetar la diversidad y la vulnerabilidad de los demás no significa
que las considere buenas de por sí.las acepta y no se ríe de ellas. Eso es una manera
de dar a entender de que uno reconoce que uno mismo no se ha visto en situaciones similares y no sabe cómo
reaccionaría.
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Se
muestran interesadas y preguntan cuando quieren saber. No se considera ajeno a la
propia ignorancia. No se acobardan a preguntar aunque intuyan que todos los
demás conocen bien el tema, la palabra, el hecho.
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Piden
ayuda cuando es necesario. No
huyen de las situaciones difíciles. No dudan en buscar respaldos en su círculo
social, aunque son conscientes de que no todos
tienen porque disfrutar de su compañía. Y su búsqueda de ayuda no lo
consideran como un favor mutuo para proteger su ego,
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