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miércoles, marzo 25, 2020

Inteligencia pastoral.


Inteligencia pastoral, un título para pensar 


( Sobre un Artículo tomado de la revista Pastoral juvenil del mes de diciembre del 2019, de Miguel Ángel García Morcuende)

De esta problemática juvenil, ¿qué temas te parecen más significativos?
ü  La pérdida de valores que orienten el sentido de la vida,
ü  Erradicación de la pobreza,
ü  Una afectividad no integrada en la esfera de la pareja, la familia, la sexualidad,
ü  Espiritualidad lánguida y confusión religiosa,
ü  Falta de espíritu crítico en nuestras sociedades consumistas,
ü  Desigualdad social que provoca miseria espiritual y material.
Y estos escenarios sociales, ¿te dicen algo?  
ü  Crisis medio ambiental y deterioro del entorno,
ü  La violencia en todos los ámbitos y modalidades,
ü  la amenaza de las adiciones a las TIC y al Internet.
¿Hay situaciones qué te preocupa de tu ambiente, personal, familiar, social, pero que  a veces sientes que te desbordan?

Pastoral

Cualquiera de estos temas hay que enfrentarlos con valor, creatividad, astucia, audacia e ingenio. A  los interesados en el acompañamiento personal y grupal; la educación de la fe, pastoral educativa, discernimiento vocacional, etc. se nos recomienda una inteligencia pastoral , algo así como ser creativos, salir de nuestras zonas de confort, salir de nuestros encierros , rutinas e inercias , y atrevernos a romper moldes y siempre con una mirada propositiva.
No se trata de unas técnicas para aplicar. Cuando hablamos de pastora queremos referirnos a  una acción que lleva a cabo un seguidor de Jesús de Nazaret que ha elegido su causa, y que consciente de ello quiere acompañar a otros seguidores de Jesús: confrontar la vida del creyente con la vida de Jesús que nos ha de iluminar como ser hombre de Dios para los demás.
Para realizar esta tarea debemos aceptar que siempre es bueno ser críticos con lo que hemos asimilado y superar la tendencia a creer que la sabiduría pastoral surge de las experiencias apostólicas en sí, ésta más bien surge de la  reflexión que hagamos de estas experiencias. En este sentido el ejercicio de desaprender tiene tanto valor como el esfuerzo de integrarse en el contexto vital y cultural donde se ejerce nuestro servicio.
Sin una verdadera apertura, terminamos refugiándonos en nuestro propio  reciento generacional y en la nostalgia de presuntos tiempo mejores.
Una pastoral pensada, compartida y contrastada para no caer en el otro extremo de amoldarnos  al ambiente por falta de  una perspectiva crítica, y así no caer en lo llamaríamos  una pastoral liquida ( en la terminología de Bauman).
Debemos ser conscientes que un grupo importante de creyentes soportan una gran tensión al querer  vivir una auténtica opción cristiana  conociendo  las  “exigencias” de la sociedad moderna.
Vivimos en una sociedad occidental que ha asumido como elemento imprescindible de la modernidad el cuestionamiento permanente de al humanismo cristiano.
No está de más recordar que la acción pastoral es fundamentalmente un acompañamiento, y resaltar que se tratar de acompañar desde un terreno común que es haberse encontrado con Jesucristo.
Se necesita una vida interior lucida y profunda para acompañar, la oración es el clima de cultivo donde esta vida crece.
El reto de la dispersión y la  incertidumbre, junto con el corolario de ir  donde el corazón te lleve, estan presentes a a la hora de querer acompañar desde la libertad y la propuesta.
Que bueno que  en una reflexion sobre el trabajo pastoral con jovenes no olvidemos que toda este esfuerzo de acercarnos con respeto y calidad a la vida  de nuestros hermanos, no debe debilitar nuestra opción por los mas pobres, nurestra presencia en las periferias no solamente economico-sociales sino existenciales,  como una exitencia a la intemperie, sin valores ni afectos, en un mundo de competencias y exclusiones generalizadas.

Valorando la belleza y los signos que comunican vida


“El clima de responsabilidad en las instituciones de la Iglesia posee un alto valor testimonial”.
Ver más allá de nuestra imagen reflejada en el espejo, definitivamente hemos de superar un narcisismo pastoral que a la final nos agota y quema.
Avanzar en corresponsavilidad y compartir una misión es mas que compartir horarios y no pisarnos los pies, más que siemplemente hacer nuestra tarea e informar  en momentos puntuales; “supone participar en una misma pasión por el Reino, compartir información y decisión, intervenir activamente en los procesos de confección y evaluación de los proyectos pastorales y asumir responsabilidades desde las cometencias y las posibilidadres de cada uno, … necesitamos una gran apertura de mente y capacidad para  superar esquemas de relación y de gobierno que pudieron servir en otros tiempos”.
Interesante ampliar nuestro horizonte, darnos espacios donde circulen las ideas no solo para las consabidas actualizaciones pastorales, sino en busca de cohesión con los responsables de las comunidades cristianas y de los que están fuera, esas otras personas, instituciones y organizaciones que colaboran con nosotros y colaboran para hacer un proyecto comun para bien de los jóvenes.   

 Centrándonos  en la tarea pastoral con jóvenes.

Acompañar es un ministerio de misericordia y requiere una gran capacidad de empatía emocional y moral. Pero fundamentalmente se necesita hacer experiencia profunda en la propia vida,  reconocerse hijo prodigo (Lc 15, 11-32) volviendo a la casa del Padre, sin  el peso de los propios meritos, lo que nos permite superar la actitud evaluadora del hermano mayor.
“El acompañamiento es un acto de fe permanente en el Espíritu Santo que obra en el corazón de los dos: el acompañante y el acompañado”.
La prudencia  y la paciencia, con silencios  oportunos son herramientas necesarias para no  caer en el rigorismo, la autocomplacencia y el paternalismo, por eso es bueno recordar  frecuentemente que la creación de la comunidad auténtica es uno de pasos importantes en el alma de la evangelización que debe estar presente  en todo ejercicio de acompañamiento.
Acompañar no significa ser  “patrones”, sino colaborar en un misterio, el de la vida de la persona acompañada: “No señores, sino colaboradores para vuestro gozo”. (1Cor 1,24)
Nueva evangelización
No partimos de cero, pero hay que tener cuidado para que ciertas prácticas y actividades, que damos como correctas, no sean obstáculo para responder a los nuevos desafíos que la fe de las nuevas generaciones enfrenta  hoy.
Quizá una buena idea sea “reconvertir  determinadas propuestas y actividades, adaptarlas  a los nuevos desafíos, liberando recursos, personas y creatividad para horizontes  y proyectos más proféticos”, por ello  observemos si nuestras iniciativas pastorales no quedan reducidas  a slogans, a dinámicas o gestos de poco recorrido, actividades  “mecedoras” que nos mantienen en movimiento , pero no nos llevan a ninguna parte, no provocan ninguna transformación en el corazón.
De nuevo debemos recordar que la tarea pastoral no es exclusivamente una tarea oportuna, cualificada y bien dirigida, el misterio de la persona exige una raíz más profunda para un acompañamiento autentico, que permita creer a la persona, en su fe comprometida y solidaria. Se trata de que el acompañante se mueva dentro de una verdadera espiritualidad  cristiana.
La falta de una espiritualidad bien arraigada en los agentes de pastoral puede  dar como resultado que  “muchos jóvenes se aburran, pierdan el fuego del encuentro con Cristo y la alegría de seguirlo; muchos abandonan el camino y otros se vuelven tristes  y negativos, en palabras del Papa Francisco en Christus vivit.
En este sentido un agente que practica la inteligencia pastoral es aquel que anuncia de forma propositiva el Evangelio, hace creíble y atractivo su mensaje y procura vivir en conformidad con él. La propuesta pastoral no es un programa de actividades, sino un encuentro personal y amoroso abierto a lo imprevisto de Dios.


Las preguntas  clave

En concreto, hay que  facilitar que el acompañado, en algún momento del recorrido, se haga estas preguntas:
- ¿Qué experiencia tengo de Dios?
- ¿Quién es Jesús para mí?
Si el encuentro no ha ocurrido es imposible el dialogo, y si el encuentro se ha dado hay que alimentarlo.
“El camino espiritual es un camino vivo que no se puede sustituir con libros” Luis M. García. La pregunta qué se hace el acompañante al comenzar un camino de acompañamiento es:
- ¿Soy capaz de atender a la demanda de algo que ya poseo: la sincera búsqueda de Dios?
- ¿Estoy dispuesto a dar generosamente de lo que he vivido, regalarlo, ponerlo a disposición de los jóvenes?

Planificar  con lucidez
La visión cristiana del hombre reclama mantener juntos la fe, la cultura y la vida.
Dispersión y emergencia de la subjetividad en que vivimos  exige una  formación del creyente que reclama saber cuál es el paradigma de base, la antropología de fondo  que toda acción pastoral necesita  y que le permite tener un proyecto. Para ello, sentarse juntos a pensar en clave pastoral  es esencial, planificar es una mentalidad en la que el agente pastoral trabaja en razón de objetivos, al ritmo apropiado y  poniendo a   disponibilidad del otro lo que se tiene; donde se hace del mensaje evangélico una oferta propositiva meditada.
La vida y la familia son bienes fundamentales que nunca pueden estar ausente de la reflexión pastoral, junto con los grandes problemas que nos circunda y que hemos ya comentado deben significar un punto permanente referencia.
La inteligencia pastoral ha de ser un signo de salida de nuestros encierros y obsesiones, con una mentalidad sinodal que solo se puede practicar desde un autentico y  humilde sentido de pertenencia e identidad eclesial, superando cualquier pretensión de clericalismo, discriminación y prepotencia  religiosa y humana.

Si intentamos poner en palabras asequibles, no sólo a los agentes pastorales, sino a la comunidad creyente en general deberíamos decir que la  inteligencia pastoral es una manera necesaria de vivir nuestro compromiso y servicio a los hermanos desde la autenticidad, la sencillez y la labor compartida con todos.

La Inteligencia pastoral no es una novedad absoluta sino el esfuerzo de siempre de querer servir con amor y calidad.                                              

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