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viernes, agosto 11, 2017

Tengo una maravillosa oportunidad de poder compartir algunas reflexiones y sentimientos que se me van acumulando y a veces quedan como atrapados.


Un gesto es sencillo y sutil como el viento. Pero puede ser recogido y hacer surgir profundos sentimientos de empatía, compromiso y alegría.Las emociones y sentimientos son un camino para compartir y también para descubrir que no somo solo afectos , sino que tenemos la impresionante capacidad de elegir, decir y asumir valores más allá de las emociones.Yo elijo la ternura, la compasión la gratitud y un empeño sostenido de servir. Amén

martes, agosto 01, 2017

CATEQUISTAS 
Notas del folleto “Catequistas para una nuevas catequesis” de Emilio Alberich
Voy a compartir algunas reflexiones tomadas de un folleto del Salesiano Emilio Alberich titulado Catequistas para una catequesis nueva, de la editorial CCS. No pongo comillas pues sería un poco reiterativo, las reflexiones está tomadas lo más fielmente posible.

1. Constatamos que se está trabajando en el campo de la formación de los catequistas; especialmente materiales y subsidios de parte de la jerarquía.Pero la formación pastoral sigue siendo una asignatura pendiente y una auténtica emergencia pastoral. Los catequistas no son objeto de la atención que se merecen:
"Parece que el catequista sigue siendo una persona sin importancia...que trabaja porque "le gusta" o no tiene nada mejor que hacer. Su nombre aparece enel último renglón de los planes pastorales".
Desde el Concilio de Trento (1545-1563) se privilegió un modelo de catequesis, que podemos llamar "época de los catecismos". La catequesis, fundamentalmente, se concebía como enseñanza de la doctrina cristiana", contenida en los catecismos. Todos nosotros, más o menos, tenemos experiencia de este método de catequesis.
Esta etapa de los catecismos parece que ha cumplido su misión, y ya no puede responder a las exigencias y a los desafíos de la comunicación de la fe hoy.
¿Qué hacer? ¿Hay futuro para la catequesis?
“La reflexión catequética, la experiencia pastoral y la intuición de los más lúcidos observadores de la situación de la catequesis permiten adivinar algunos rasgos determinantes del rostro, hasta cierto punto todavía impreciso, de la catequesis del futuro”

2. Características en la tarea catequética actual
Estos son algunas características que debieran estar presentes en la tarea catequética: Personalización, iniciación, experiencia, significatividad, inculturización, comunicación, comunidad.
3. Personalización. Por su puesto que el crecimiento  en la fe es gracia, don de Dios, pero en su componente humano, no debería estar determinado por tradiciones y costumbres, o por realidades compartidas, sino por una opción personal en la libertad y hacia la madurez. Todo esto supone una orientación catequética claramente evangelizadora, al servicio de una opción libre, y educativa, en función de un comportamiento de fe maduro y adulto.Te das cuenta como la catequesis tiene un destinatario privilegiado y primero: el adulto.
4.Iniciación. En palabras tomadas del Directorio General para la Catequesis (DCG 63-67), la catequesis hoy debe ser primordialmente catequesis de iniciación, por lo tanto inserta en un proceso de aprendizaje de la vida cristiana y de profundización de la opción de fe. 
Hablar de iniciación significa hablar de la urgencia de proclamar el primer anuncio del Evangelio (kerigma), lo cual nos exige  doble opción preferencial: el catecumenado, un camino hacia el bautismos, o renovación de la fe bautismal para lo no evangelizados, y optar por los adultos, primeros protagonistas y destinatarios de la opción catequética
5. Experiencia. Con esta palabra queremos resaltar que el verdadero  contenido de la catequesis tiene que ver más con las experiencias de fe que con una doctrina aislada. La experiencia debe ser el lugar donde  por experiencia para el anuncio y de la escucha de la Palabra de Dios.
Es una tarea importante del catequista saber suscitar  experiencias, comunicar experiencias, profundizarlas  y acompañar las expresiones de verdaderas experiencias  de fe.

6. La significatividad. Esta palabra tiene un sentido muy útil, nos permite vencer la preocupación excesiva por la exactitud y totalidad de los conocimientos religiosos y nos invita a estar más atento a que lo que compartimos y suscitamos en los catequizandos, el mensaje catequístico, tenga que ver con el sentido de la vida, como algo que uno percibe como respuesta y fuente de sentido frente a las propias aspiraciones e interrogantes vitales.

7. Inculturización. Esta característica nos anima a ser responsables en el contexto que vivimos; la pluralidad de las culturas, el respeto a los valores de la modernidad y atención a la cultura mediática que nos envuelve. Sin estar atento a estas exigencias de la cultura moderna, sin querer podemos actuar de una manera que nos impide conectar con la vida de los catecúmenos.

8.Comunicación. Hablar de catequesis es esencialmente hablar de comunicación. Es situarse ante una tarea que exige respeto y aprecio a la persona y a sus experiencias vitales, nuestros catequizandos no viven a la catequesis “en blanco” viene cargados con la experiencia de su propia vida, y esto nos exige una ética que no permita la manipulación y la ideología. El lenguaje y los lenguajes tiene una estrecha con esta exigencia básica .

9. Comunidad  para una catequesis nueva
.La comunidad, sea cual sea, se presenta hoy como el lugar por excelencia de la catequesis. Fraternidad y comunión es el lugar de cultivo para que crezca la fe. La familia y la pequeña comunidad, son como células de la Iglesia, cuyas potencialidades  catequística y hay que descubrir y valorar .
Si cambia la naturaleza y función de la catequesis, será necesario repensar con atención el perfil y las incumbencias del catequista.
10 El nuevo catequista deberá do minar no solo los contenidos del mensaje, sino den forma importante las relaciones implicadas en la acción catequética; más catequista de la experiencia  que de la doctrina, más catequista del Evangelio que del credo.

Cuando uno se encuentra con los catequistas el primer sentimiento que aflora en el alama es:¡ gracias! Por ayudar y acompañar  a otros en el camino del crecimiento de la fe; ponerse  al servicio del Evangelio (evangelizar) en el difícil mundo de hoy. No hay tarea más maravillosa, digna de aprecio y reconocimiento.

11 La realidad nos motiva
Nos duele en el alma constatar que hay muchos catequistas  que están prácticamente abandonados a sí mismos en su que hacer, lanzados sin “manual de instrucciones”  a la arena de la actividad catequística.
Se merecen el reconocimiento y la ayuda de todos, pues ellos son los verdaderos inculturizadores de la fe, los hombres y mujeres que soportan “el rigor del día y el calor”, son los últimos comensales de la, y muchas veces sol reciben migajas.
No faltan motivos para desanimarse mirando también al resultado de tantos generosos esfuerzos. Niños y adolescentes que apenas reciben el sacramente no parecen más por la iglesia. Que aun durante el tiempo de su formación no participan en la Eucaristía ni ellos ni sus padres. Adultos que no terminan de encontrar su puesto en la Iglesia después de un prolongado tiempo de participación en la catequesis.
Todavía es difícil superar la meta de preparar niños y adolescentes para los sacramentos, aunque hablamos de procesos de iniciación pero que se convierten en “procesos de conclusión”.
Atentos, pues, ya que más que iniciar a en un camino de fe y vida cristiana, lo que conseguimos, por lo general, es preparar y llevar a cabo una celebraciones  - eso sí, muy bonitas – con las que se pone fin a la práctica religiosa de muchos niños.

12. A veces a los responsables directos de la tarea de la formación sistemática de la fe, catequesis, se hacen la pregunta: ¿En qué nos hemos equivocado? Este sentido de culpabilidad nace de la experiencia de verse como quienes ofrecen de beber a quien no tiene sed. De quien trata de dar respuestas al que nada pregunta.
Surge, con frecuencia, a los que no estamos satisfechos con los “resultados” de nuestro esfuerzo preguntarnos por la causas que hacen que nuestra tarea nos deje ese sabor de fracaso y de actuar de una manera equivocada, porque estamos convencidos que la semilla es buena y el terreno es fecundo.
Con dolor y con esperanza nos acercamos a la realidad con la sensibilidad de quien no tira la toalla, siente la llamada y quiere vivir su vocación, por eso  no le tiene miedo a hacer los diagnósticos necesarios  para dar una respuesta acertada  a los problemas y dificultades que encontramos.

13 ¿ La Catequesis misma?
¿Será que la catequesis misma está mal planteada, porque sigue aferrada a concepciones y métodos ya trasnochados? En palabras concretas seguimos con una catequesis que es fundamentalmente una enseñanza doctrinal. Nos equivocamos si nos damos por satisfecho al colocar la causa de poca incidencia de la catequesis en la vida cristina en la sola catequesis. La situación es muy compleja y las causas pueden ser muy variadas. La situación actual, las condiciones de nuestro mundo y de nuestra pastora, nos invitan a poner nuestra mirada más allá de los muchos  fracasos  catequísiticos.
Estamos  inmersos en un “cambio de época”,  un momento fascinante , pero no exento de riesgos y problemas.
No nos alejamos de nuestro diagnostico cuando nos preguntamos: y la Iglesia ¿hacia dónde va? ¿Qué futuro tiene el cristianismo, que parece perder terreno por doquier? No hay que tomarlo a la tremenda, lo que está pasando en la Iglesia es una señal positiva de que la Iglesia está presente y la afectan las mismas crisis de valores, crisis de humanización que experimenta el mundo.

14 ¿Los catequistas?
Los resultados de la catequesis, también  nos hacen preguntarnos ¿En qué medida dependen de los catequistas? Es frecuente escuchar que si la catequesis no funciona es porque los catequistas no están bien preparados, no tiene formación adecuada, no saben responder a los retos de la situación. Con mucha frecuencia sentimos que la “vocación” ha sido improvisada y que los catequistas son lanzados a la actividad sin estar seleccionados y formados como se debe.
Esta constatación no es exagerada, pero esto es solo parte de la verdad. La labor evangelizadora, catequística,  tiene como responsable a toda la comunidad cristiana. La catequesis  no  puede ser considerada como una tarea cerrada en la que trabajan una personas de buena voluntad. El verdadero sujeto responsable de la catequesis es toda la comunidad movida por el Espíritu Santo.

Una nota muy sensible, que afecta de una manera especial toda la tarea catequística  es que nuestra Iglesia hoy, en partes muy extendidas del mundo, vive una grave crisis de credibilidad que empeña seriamente su eficacia evangelizadora.


¡Ánimo! ¡No hay que desanimarse!
En el ejercicio de la catequesis también se dan muchas satisfacciones y logros, puedes preguntar a tus amigos catequistas que te cuenten sus alegrías. Y ,sobre todo, no debemos perder de vista, nunca, la visión de fe que nos asegura quela mediación eclesial tiene siempre sus efectos y todo catequista debe ser consciente que la bondad de Dios se hace presente, de alguna manera en la acción de la Iglesia. Por eso nuestra responsabilidad de no obstaculizar la obra del Espíritu.
Repensar la catequesis no es una obra ociosa, es una necesidad apremiante.los tiempos actuales son recios, bizarros, la catequesis debe tiene que encarar  desafíos nuevos y difíciles.
 15 Para preguntarte:
Qué te parece lo dicho hasta hora: ¿real, exagerado, equivocado?
Qué  está pasando en tu Comunidad. Crees que los catequista cumplen con su misión?
Te animas a seguir conociendo esta misión magnifica y ponerte manos a la obra. ¿Que te gustaría aportar a ti?
16 Esto va de Formación. No para complicarte las cosas, sino para y motivarte a ver  la formación como una ayuda necesaria en tu tarea catequística.
Fíjate lo  que dice la Iglesia a través de sus responsable de la catequesis: “Cualquier actividad pastoral que no cuente para su realización con personas verdaderamente formadas y preparadas, pone en peligro su calidad….La pastoral catequética diocesana debe dar absoluta prioridad a la formación de los catequistas laicos”(DGC,234)
Partamos del hecho: muchos catequistas generosos, experimentados, preparados para una misión a veces difícil e ingrata. Y entre estos catequista, la mayoría mujeres  acreedora de un agradecimiento y atención especial.
Pero reconocemos que muchos catequistas son elegidos de forma improvisada y abandonados a su suerte, sin el apoyo y la formación adecuada. Una práctica extendida , reunión  y presentación al principio de año pastoral, unas palabra de aliento y soltarlo para su tarea.
Hay, pues, muchos catequistas que hacen lo que pueden , pero que no tienen ni la motivación, ni las herramientas para preparar sus encuentros.
17 Estos son algunas nuevas situaciones para las cuales los catequistas deben ser  bien formados:
1.      Nuestro mundo actual es muy complejo: medios de comunicación, familias jovenes, sociedad, Iglesia.
2.      Muchos cristianos viven permanentemente “una crisis de identidad”. Que significa realmente ser cristiano, para algunos es difícil responder a la pregunta: ¿Por qué eres todavía cristiano?
3.      El mensaje cristiano: hoy buscamos el modo más adecuado de hablar de Dios, sobre las cuestiones históricas que plantean los Evangelio, sobre la historia de la Iglesia con sus luces y sus sombras, y muchos temas más que nos piden tener una posición autentica entre las expresiones tradicionales de la fe y los valores  y exigencias de la cultura actual.
4.      Y algo no menos importante, la grave crisis del  proceso de iniciación cristiana en nuestra sociedad. Ejemplo los sacramentos  de iniciación , no inician nada más bien concluyen. Necesitamos una nueva mentalidad para aplicar una verdadera pedagogía del iniciación.
Todo esto , y mucho más nos deben motivar a no dejar de lado la formación.
18.  “Si alguien  les pide explicación de su esperanza” (1Pe 3,15)                                       La formación, ante todo, en la Iglesia no es cuestión de unos grupos, la formación se impone para todos, en el pueblo de Dios.
Si nos detenemos un momento, seremos capaces de percibir que en todos los ámbitos de nuestra vida necesitamos tener ideas propias, ideas contrastadas , reflexionadas y experimentadas. Todo esto es parte de lo que llamamos  formación, educación permanente. El catequista esta como a la intemperie en un mundo que ha tomado como bandera cuestionar y a veces tergiversar y rechazar valores y opciones que el creyente a asumido como  parte importante de su vida. No es cuestión de convencer o imponer es cuestión de dar razones de nuestra Esperanza y confiar en el valor de nuestra fe.
Esto exige preparación, saber hacer y compartir. La apasionante  tarea de la catequesis  nos pide hoy  el entusiasmo de la entrega  y la ilusión del  servicio a la fe de nuestros hermanos.
19.    Aprender a aprender
Entender mejor nuestro mundo, afinar nuestra conciencia de cristianos, actualizar nuestros  conocimientos religiosos son algunas de las muchas posibilidades que debemos utilizar para  adquirir nuevos resortes  de animación y acompañamiento en nuestra tarea..
Ser catequistas es una vocación  y una misión. Y quien nos llama  y nos envía está a nuestro lado para impulsar nuestro trabajo: “ tened ánimo, que yo he vencido al mundo”(Jn 16,33)

Desde el Concilio Vaticano II se nos ha invitado ha renovar nuestra Fe y entre otras cosas nuestra manera de ver la Iglesia, considerarla como Pueblo de Dios, unidos por el vínculo de la fe , pero diversificada  en multitud de carismas y dones, que el Espíritu de Dios derrama como generosidad y libertad. La Iglesia está llamada a vivir y testimoniar la fraternidad como sacramento del la presencia de Dios en medio de su Pueblo. La catequesis de alguna manera debe asumir esta manera de ser Iglesia. 

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