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miércoles, octubre 18, 2023

Catequesis para el discipulado.

        Catequesis de iniciación        

Introducir en el discipulado de Jesús

Un  libro de Juan Carlos Carvajal Ediciones.  CCS, Mdrid 2023


INTRODUCCIÓN 

    “Id y haced discípulos míos…” Mt 28,19 Esta es la misión encomendada a la Iglesia. Hacer que las personas se encuentren con Cristo y acepten participar de su vida; esa vida que, porla gracia del Espíritu, brota de su Pascua y nos introduce en la relación filial con el Padre. Esto es ser discípulo de Jesús: participar ende su vida filial, que se traduce en fraternidad en la Iglesia y en misión se servicio en medio del mundo.

    La Iglesia ha iniciado en el discipulado a través de la catequesis, la celebración de los sacramentos de iniciación.

Iniciar a los discípulos de Jesús: Catequesis y sacramentos

    En el mandato misionero hay algo más. Jesús señala dos elementos para hacer discipulos: “Bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enseñar a guarda todo lo que les he mandado” (cf. Mt 28, 19-20) 

    La Iglesia inicia en el discípulado a través de la catequesis: enseñando a guardar ...y la celebración de los sacramentos de iniciación.

    Es por el servicio de la Palabra y celebración de los Misterios de Cristo que la comunidad cristiana ayuda a la persona que otorgue su fe al Evangelio a cambiar de mentalidad, a transformrse a semejanza de Jesucristo y a participar en la vida divina.

Unas catequesis insuficientes 

    En una época pasada, que llamamos tiempos de cristiandad,se suponía que por medio de la participación en el ambiente , se hacian cristianos por"osmosis", a penas sin tomar conciencia de la novedad que trae Jesuscristo y sin sentirse incitado a hacer una opción personal.

    La Iglesia daba por su puesto que los bautizados ya estaban iniciados; consideraban la catequesis como una mera preparación para la recepción de los sacramentos y la centraba en dar contenidos para ilustrar esa identidad que se suponía que las personas traían consigo.

    La catequesis fundamentalmente era enseñar las verdades de la fe, dar a conocer los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia, memorizar las oraciones del cristiano y preparar para recibir los sacramentos.

    Pareciera que debería ser evidente, para la mayoría de los agentes pastorales de la Iglesia, que una catequesis como la que acabamos de describir no podrá afrontar el reto que supone hacer discípulos de Jesús en nuestros días. 

    De hecho, se vine trabajando en ampliar y renovar la acción catequística. Se habló de “La catequesis de la experiencia”, por supuesto ¨la experiencia humana es constitutiva de la catequesis¨ (DC 197), pero tiene un límite, el subjetivismo, en la que el grupo de catequesis y sus miembros se convierten en la medida del Evangelio. 
    Este tipo de catequesis es atractivo, pues las dinámicas y metodologías adquieren un protagonismo especial, y corren el peligro de convertir las propias experiencias en auto referencia, lejos de abrirse a la novedad de Jesucristo que media la Iglesia, cerrando se a una actitud discipular. 
    Es verdad que hoy cada vez más se hace consciente que la referencia fundamental a la Palabra es totalmente necesaria. Tener contacto directo con el evangelio, lo que llamamos momento de iluminación, y con la comunidad. Todo ello favorece el priorizar el Kerigma en el proceso catequístico. Pero es fácil de percibir que algo falta, pues pareciera que no se lograr favorecer el encuentro personal con Jesucristo, el Maestro y el Señor, frenando el proceso discipular. 

    Un apunte para nuestro ambiente es afirmar que la llamada “Catequesis familiar” no puede referirse exclusivamente a la relación con la experiencia familiar, sería quedarnos en lo puramente metodológico y no llegar al fondo de la cuestión, que es el ser cristiano y vivir como cristiano.

No se nace cristiano, se hace

    Fue Tertuliano – siglo II-III – quien ya no s alerto sobre esta realidad. Hoy la Iglesia, una vez más, se esfuerza en encontrar la manera de promover una catequesis que, en verdad, sea capaz de hacer cristianos para la vida. La Iglesia es madre y maestra. Ella engendra a sus hijos a los misterios de la fe y por medio de la catequesis y los sacramentos los engendra como hijos de Dios e hijos suyos y así crece la vida de Jesucristo para la salvación.

    En este momento la Iglesia ya tiene una clara visión de lo que es necesario para que la catequesis cumpla su misión engendradora de vida en Cristo.

    Una catequesis inspirada en el catecumenado bautismal. Práctica que en el pasado pagano alumbraba la fe e iniciaba a la vida cristiana a aquellos que optaban por seguir a Cristo.

    Dadas las condiciones actuales de las comunidades cristianas, los Papas han asumido la propuesta nacida entre los animadores de la tarea catequística, que consiste en que la catequesis inspirada en el catecumenado fuera utilizada en la formación para la vida cristiana de los ya bautizados.

    Por eso hoy hablamos de inspiración catecumenal de la catequesis o de catecumenado postbautismal o de catequesis para la iniciación la vida cristiana o, simplemente, de catequesis de iniciación o catequesis iniciática (cf. 61.65)

    Si te acercas al pórtico de una de nuestras Iglesias encontrarás el aviso de que se han abierto las inscripciones para la catequesis de iniciación cristina. Pero la realidad es que se trata de una preparación doctrinal para la recepción de los sacramentos, ni más ni menos de lo que sea hecho toda la vida.

La catequesis la debemos ver en el contexto del proceso de evangelización e iniciación a la vida cristiana en la misión de la Iglesia, tenemos que señalar que la catequesis no es tanto un proceso de conocimiento, como una relación personal que nos conduce al encuentro con Cristo, que nos hace discípulos suyos y por la gracia del Espíritu nos identifica con él, Maestro y Señor, nos hace participes de su relación filial con el Padre. Siguiendo el estilo de Jesús en su ministerio palabra y obra -signos- están estrechamente unidos, en la catequesis pedagogía de la fe y contenido del mensaje cristiano están íntimamente articulados.

I ° PARTE 

Catequesis de iniciación en, el corazón de la misión evangelizadora

El proceso evangelizador 
    El proceso evangelizador está estructurado de la siguiente manera: la acción misionera para los no creyentes y para los que viven la indiferencia religiosa; la acción catequético-iniciatoria para los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o restructurar su iniciación; y la acción pastoral para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la comunidad cristiana. (DGC 49)


La misión de la Iglesia
    Situar la tarea catequística en el conjunto de la misión de la Iglesia. Encajar la catequesis entre las actividades de nuestra comunidad, y conocer nuestra misión propia dentro de la misión evangelizadora de la Iglesia.

La Iglesia existe para evangelizar
    Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar (EN 14).

Evangelizar es llevar el Evangelio a todos los hombres para, con la fuerza del Espíritu que actúa en él, renovar a las personas y a sus ambientes según el plan que Dios tiene sobre la humanidad y el conjunto de la creación.

¿Qué es evangelizar?
    El Evangelio es el propio Jesucristo. Por tanto, evangelizar es dar testimonio con obras y palabras de Jesús, manifestar su gracia en los sacramentos y la vida fraterna, de tal modo que quien se encuentre con Él acoja la misericordia divina, se reconozca hijo de Dios y se convierta en fermento de fraternidad.

La Iglesia ha de ser presencia viva de Cristo Resucitado, que por la acción del Espiritusanto engendra hijos para Dios.

La gradualidad de la evangelización 
    Si es verdad que Jesús dotó a su Iglesia de los medios para cumplir su misión: con el don del Espíritu le concedió el anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos, la vida de caridad que se expresa por el servicio y la fraternidad.

Pero ella sabe adaptarse a la situación de fe las personas, los grupos y los pueblos a los que se acerca. A todos revela el Amor de Dios, a unos con su servicio y atendiendo sus necesidades; a otros les revela la presencia de Cristo por el anuncio del Evangelio; a los que desean ser sus discípulos les inicia en la vida de fe por la catequesis y los sacramentos; y a los que ya están iniciados, les sostiene en la vida fraterna y en la misión de proclamar la Palabra, en la participación de las celebraciones litúrgico-sacramentales .

Etapas del proceso evangelizador
    Esta hermosa tarea lo podemos recoger en tres etapas diferentes, pero estrechamente relacionadas:

La etapa misionera dirige su acción a los no creyentes para suscitar en ellos su conversión o fe inicial, atraídos por el amor de Dios al encuentro con Jesús, para ser sus discípulos y participes del pueblo de los hijos de Dios.
La etapa catequética – iniciatoria mediante el itinerario y acompañamiento llevar al discípulo a confesar la fe en Dios Trinidad, participe en loso sacramentos de iniciación o, cuando los haya recibido, acoja la gracia que en ellos se le otorgó. La mistagogá es momento mportante del proceso catequetico, pues esta referido a que elneofito vaya asimilando la vivencia del Misterio de Cristo a través de la oración y los sacramentos.

La etapa pastoral que se desarrolla en la comunidad cristiana con los ya iniciados en la fe tiene como objetivo asegurar la vida fraterna y misionera de la propia comunidad, asumiendo su vocación y misión particular en la Iglesia y en el mundo. 

La catequesis no se confunde con la misión evangelizadora de la Iglesia, pero sí es una acción fundamental de la misma. Sin una buena actividad catequística, la misión eclesial no engendraría en la fe a los discípulos de Jesús y, por tanto, no habría verdaderos testigos del Evangelio en medio del mundo.


Tener en cuenta:

  • Los catequistas debemos tener flexibilidad para echar una mano a todo el que llega a la catequesis, aceptar su condición actual y con la gracia de Cristo y el apoyo de toda comunidad ayudar a todos a ser verdaderos discípulos de Jesús.
  • La preocupación principal de los catequistas, al inicio de los encuentros, es hacer que los que ya han recibido la fe inicial y entran a la catequesis, alcancen una disposición de querer alcanzar el encuentro prersonal con Jesucristo y participar de su relación filial con el Padre la comunidad.
  • ¿ Qué tanto, como catequista, me siento participe de la misión evangelizadora de mi comunidad?
  • No vienen preparados de la etapa anterior, podemos decir, pero ¿nos preocupa que podemos hacer para después de la etapa en que estamos?  


  • 2° PARTE   

                 Catequesis de Iniciación, la formación del discípulado 

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