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viernes, octubre 05, 2018


A.      CONOCERSE


1.        Cuando te conoces a ti mismo, tienes la oportunidad de ser tu mismo, y así   llegar a ser  la persona que debes ser, y que la vida espera de ti en el gran escenario del mundo.
Las personas tenemos capacidad para sanar nuestras heridas y poder  desarrollar nuestras metas, esto nos permite  progresar y crecer, porque estamos dotados de un don único,  la vida espiritual,  que es reflejo del Espíritu  que se nos dio desde el principio. Confía en ti, confía en el don que has recibido. Y se valiente.
2.       Podemos ser colaboradores inteligentes del propio desarrollo interior. La semilla está en nosotros, es tarea nuestra descubrirla, cuidarla y confiar en su fuerza. El Único libro que es imprescindible leer es el de la propia historia. El empeño y determinación de ser uno mismo es la tarea permanente para caminar  a la autorrealización, como eco de la voz de Dios,  Padre de la vida,  que nos ha llamado a la existencia , a la felicidad plena.
Cuando una persona  camina hacia  su propia felicidad, esta opción, si es auténtica, se manifiesta  en amor, gratuidad y compromiso por la felicidad de los demás. Aquí es donde se verifica si nos buscamos para satisfacer  deseos o para alcanzar plenitud de vida.
3.       La autorreferencia,  el considerarse así mismo como el  único punto de partida  para llegar ser lo que queremos, es una incoherencia. Nadie puede alcanzar algo desde cero, si buscamos lo mejor es porque dentro de nosotros ya alguien colocó esa  semilla buena y hermosa que nos llama a salir de nosotros mismos.

No se es  menos, por reconocer la  llamada interior a estar despiertos, a crecer  y dar frutos buenos. No tengamos miedo de  sentirnos acompañados en el empeño  de ser uno mismo.                 
  
4.       Se nos ha dado la vida como don y tarea.  Tenemos  entre manos la inmensa aventura de sumergirnos en el océano desconocido de nuestro ser, para descubrir los tesoros  que nos permiten  lograr lo que tenemos que hacer y compartir lo que debemos dar.

Necesitamos vencer las sombras y derrotar los fantasmas que nos detienen y paralizan.   La depresión, la ansiedad,  los miedos  nacen en nosotros y  podemos cortarles la savia que les mantiene activos  si canalizamos nuestra mirada  hacia Quien nos ofrece la libertad y responsabilidad de los hijos y nos sostiene en el momento de la duda.

5.        La determinación  y el empeño en ser uno mismo son esenciales en el proceso  que conduce la verdadera felicidad. Necesitas para ello estar en contacto con todo lo que te rodea, con lo que piensas, sientes y actúas, es el camino para poder, en verdad, escuchar a los otros seres que te rodean.

Si las personas nos quisiéramos a nosotros mismos un poquito más seríamos capaces que querer más a los otros. Las energías que gastamos en la guerra contra nosotros mismos las podríamos dirigirlas  hacia el bien de los demás y  vencer  la neurosis que nos amenazan.





6.       Hemos sido creados para estar en paz con nosotros mismos y con los demás. Cuando uno se conoce y se quiere puede  acercarse a su plena realización. El deseo de conocerse y de conocer a los demás coexisten en el ser humano.








Necesitamos vernos  a nosotros mismos con comprensión. Yo debo aprender a disfrutar de ser yo mismo y luego  seré capaz de disfrutar  de la grandeza de los demás. Sólo queriéndome podré  querer a los demás.  No es con lo que nos falta que podemos construir la felicidad sino con lo que somos y tenemos nos  lanzamos a la conquista de los que nos pertenece.

7.       En la medida que nos contemos  quienes somos, compartiremos nuestro propio y respectivo misterio . Es de la libertad que nos permite aceptarnos como somos  que podremos acercar a los demás.

La felicidad, en definitiva,  no es sólo cosa de uno mismo, es ante todo confianza en lo que somos, y hemos recibido,  en el compromiso de construir juntos . Alcanzar una meta común como camino hacia la plenitud que es don y gracia de quien regalo la vida y nos  acompaña en un pacto, alianza dicen otros de amor.

8.       Estar despierto, me parece una bella palabra para hablar de espiritualidad. A veces pensamos que espiritualidad es cuestión de conductas, comportamientos, pensamientos inspirados y palabras piadosas. Pero en realidad espiritualidad tiene que ver más con conocerse así  mismo, descubrir los propios dones y los propios  límites. Estar atento a lo que sucede dentro y fuera de nosotros.

Espiritualidad tiene que ver más con camino a recorrer, acompañamiento y trabajo en equipo que con fórmulas hechas, normas y mandamientos. La espiritualidad no es la meta a la que se llega, sino todo el camino que se recorre, no es el final el logro soñado , sino que cada paso del camino;  cada apretón de manos; cada momento agradecido. Todo es gracia, espiritualidad como  estilo de vida que nos acerca al manantial  de vida.

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