A.
CONOCERSE
1.
Cuando te conoces a ti mismo, tienes la
oportunidad de ser tu mismo, y así
llegar a ser la persona que debes
ser, y que la vida espera de ti en el gran escenario del mundo.
Las
personas tenemos capacidad para sanar nuestras heridas y poder desarrollar nuestras metas, esto nos
permite progresar y crecer, porque estamos
dotados de un don único, la vida
espiritual, que es reflejo del Espíritu que se nos dio desde el principio. Confía en
ti, confía en el don que has recibido. Y se valiente.
2.
Podemos
ser colaboradores inteligentes del propio desarrollo interior. La semilla está
en nosotros, es tarea nuestra descubrirla, cuidarla y confiar en su fuerza. El
Único libro que es imprescindible leer es el de la propia historia. El empeño y
determinación de ser uno mismo es la tarea permanente para caminar a la autorrealización, como eco de la voz de
Dios, Padre de la vida, que nos ha llamado a la existencia , a la
felicidad plena.
Cuando
una persona camina hacia su propia felicidad, esta opción, si es
auténtica, se manifiesta en amor,
gratuidad y compromiso por la felicidad de los demás. Aquí es donde se verifica
si nos buscamos para satisfacer deseos o
para alcanzar plenitud de vida.
3.
La
autorreferencia, el considerarse así
mismo como el único punto de
partida para llegar ser lo que queremos,
es una incoherencia. Nadie puede alcanzar algo desde cero, si buscamos lo mejor
es porque dentro de nosotros ya alguien colocó esa semilla buena y hermosa que nos llama a salir
de nosotros mismos.
No
se es menos, por reconocer la llamada interior a estar despiertos, a crecer y dar frutos buenos. No tengamos miedo
de sentirnos acompañados en el empeño de ser uno mismo.
4.
Se
nos ha dado la vida como don y tarea.
Tenemos entre manos la inmensa
aventura de sumergirnos en el océano desconocido de nuestro ser, para descubrir
los tesoros que nos permiten lograr lo que tenemos que hacer y compartir lo
que debemos dar.
Necesitamos
vencer las sombras y derrotar los fantasmas que nos detienen y paralizan. La depresión, la ansiedad, los miedos
nacen en nosotros y podemos
cortarles la savia que les mantiene activos
si canalizamos nuestra mirada
hacia Quien nos ofrece la libertad y responsabilidad de los hijos y nos
sostiene en el momento de la duda.
5.
La determinación y el empeño en ser uno mismo son esenciales
en el proceso que conduce la verdadera
felicidad. Necesitas para ello estar en contacto con todo lo que te rodea, con
lo que piensas, sientes y actúas, es el camino para poder, en verdad, escuchar
a los otros seres que te rodean.
Si
las personas nos quisiéramos a nosotros mismos un poquito más seríamos capaces
que querer más a los otros. Las energías que gastamos en la guerra contra
nosotros mismos las podríamos dirigirlas hacia el bien de los demás y vencer
la neurosis que nos amenazan.
6.
Hemos
sido creados para estar en paz con nosotros mismos y con los demás. Cuando uno
se conoce y se quiere puede acercarse a
su plena realización. El deseo de conocerse y de conocer a los demás coexisten
en el ser humano.
Necesitamos
vernos a nosotros mismos con
comprensión. Yo debo aprender a disfrutar de ser yo mismo y luego seré capaz de disfrutar de la grandeza de los demás. Sólo queriéndome
podré querer a los demás. No es con lo que nos falta que podemos
construir la felicidad sino con lo que somos y tenemos nos lanzamos a la conquista de los que nos
pertenece.
7.
En
la medida que nos contemos quienes
somos, compartiremos nuestro propio y respectivo misterio . Es de la libertad
que nos permite aceptarnos como somos
que podremos acercar a los demás.
La
felicidad, en definitiva, no es sólo
cosa de uno mismo, es ante todo confianza en lo que somos, y hemos
recibido, en el compromiso de construir
juntos . Alcanzar una meta común como camino hacia la plenitud que es don y
gracia de quien regalo la vida y nos
acompaña en un pacto, alianza dicen otros de amor.
8.
Estar
despierto, me parece una bella palabra para hablar de espiritualidad. A veces
pensamos que espiritualidad es cuestión de conductas, comportamientos,
pensamientos inspirados y palabras piadosas. Pero en realidad espiritualidad
tiene que ver más con conocerse así
mismo, descubrir los propios dones y los propios límites. Estar atento a lo que sucede dentro
y fuera de nosotros.
Espiritualidad
tiene que ver más con camino a recorrer, acompañamiento y trabajo en equipo que
con fórmulas hechas, normas y mandamientos. La espiritualidad no es la meta a
la que se llega, sino todo el camino que se recorre, no es el final el logro
soñado , sino que cada paso del camino;
cada apretón de manos; cada momento agradecido. Todo es gracia,
espiritualidad como estilo de vida que
nos acerca al manantial de vida.