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domingo, mayo 11, 2025

Siervo de los siervos

                              


 En 1975, Robert Prevost estaba en la cima de su vida.

Profesor de matemáticas en Chicago. Católico devoto. Aceptado en la Facultad de Derecho de Harvard. Tenía todo lo que un joven podría soñar. Pero entonces —tomó una decisión que nadie esperaba. Dijo no a Harvard. No a un futuro de seis cifras. No a la fama. No a la comodidad.

Y sí —a algo que pocos se atreven a elegir: una vida de entrega total. Se unió a un grupo misionero y se mudó a Perú. No a las ciudades. No a los lugares turísticos. Sino a las aldeas más remotas—donde los niños mueren por enfermedades tratables. Y las familias caminan kilómetros solo por agua limpia. No había caminos. Ni agua corriente. Ni WiFi.Solo montañas. Silencio. Y pobreza. Pero él lo abrazó como su hogar.


Robert no solo vivió entre el pueblo. Se convirtió en uno de ellos.
• Aprendió quechua—el idioma sagrado de los incas
• Llevó alimentos a pie durante días
• Durmió en pisos de tierra con los aldeanos
• Rezó bajo las estrellas
Cuando no construía refugios, enseñaba matemáticas a niños descalzos bajo techos rotos.
Cuando no enseñaba, cargaba enfermos en burros para buscar ayuda.
Cuando no sanaba, escuchaba —escuchaba de verdad—historias que a nadie más le importaban.

Mientras sus amigos en casa se convertían en abogados y médicos, él se convirtió en algo completamente distinto:

Un pastor.
Un hermano.
Un guerrero silencioso de la fe.

Y poco a poco—su leyenda creció. Sus actos no se transmitieron por televisión. Pero resonaron por los Andes.
Los obispos lo notaron. Los sacerdotes lo notaron.
Y eventualmente—el Vaticano lo notó.
Lo llamaron de regreso para liderar toda su orden agustina.
De servir a una aldea, a supervisar a 2,800 hermanos en más de 40 países. 
Aun así—siguió usando las mismas sandalias. Aun así—caminó con los pobres. Aun así—rechazó el lujo.

Entonces llegó la llamada que lo cambió todo:
Roma lo quería más cerca. En 2020 fue nombrado arzobispo y asignado a gobernar a otros obispos a nivel mundial.
Fue algo inusual. Pero Robert nunca persiguió la tradición.
No solo hablaba latín o conocía el Derecho Canónico.
Era fluido en compasión. En humildad. En escuchar.
En presencia.


El Vaticano no vio solo a un sacerdote. Vieron a un líder con alma.
El 30 de septiembre de 2023, el Papa Francisco lo hizo oficial:
Robert Prevost fue nombrado cardenal. A un paso del papado.

Y luego… en 2025, se hizo historia. Por primera vez:
Un estadounidense.
Un exprofesor de matemáticas.
Un misionero entre los olvidados.
Fue elevado como el Papa número 267 de la Iglesia Católica.
Y no olvidó a las personas que lo formaron.
Hasta el día de hoy, el Papa Robert aún regresa a las mismas aldeas.
Aún reza en quechua.
Aún se sienta en suelos de tierra.
Aún toma de la mano a los ancianos en silencio.
Porque él cree que el liderazgo:
Es cuestión de presencia, no de posición.


El mundo está obsesionado con el poder.
Pero Robert Prevost demuestra:
• Los títulos no valen nada sin servicio
• El conocimiento es inútil sin amor
• Y la fe—sin sacrificio—es solo ruido


martes, mayo 06, 2025

La Pascua más que un tiempo litúrgico

 Vivir la Pascua no es solamente recordar el misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo. La Pascua es un acontecimiento que permanece e en el tiempo y que es para nosotros punto de llegada y partida. Se trata de una nueva vida. De que podemos acercarnos a Dios de una manera que antes no podíamos.



Por la Pascua hemos entrado en la vida de Dios, Dios en su  infinita bondad: "de tal manera amó Dios  al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna."


La Pascua de Cristo en nuestra vida es una realidad que toca lo más intimo de nuestro ser pero se manifiesta signos exteriores: paz, alegría, conversión, serviciotiene un impacto profundo, especialmente en nuestra fe y esperanza."Cualquier cosa que hagan a mis hermanos, a mí me lo hacen".      Seamos testigos de Cristo Resucitado.

"sabemos que estamos resucitados porque amamos" 

"Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en la muerte"   (1 Juan 3,14)


viernes, mayo 02, 2025

LO QUE LEO



Quizás debiera decirse lo que veo, pues la imagen predomina sobre las letras.
Hay un consenso bastante generalizado sobre la libertad de expresión, y es correcto, pero, como en todo, el abuso convierte la libertad de expresión en insulto.
Sobre religión y política  son temas donde todos tiene derecho a opinar y solemos  convencernos que todos  somos expertos.
Y hay una impronta en nosotros de hacer adeptos a nuestras ideas, lo que nos hace propagandistas.
La ideología es un tema tabú, porque la ideología solo existe en el otro, en mi es convicción y razonamiento. 
Ser críticos es el antídoto para no ser presa de manipulaciones, engaños y falsedades interesadas.
Pero la criticidad no se sólo una actitud de búsqueda , es una disciplina que nos permite contar con recursos y argumentos para examinar lo que nos llega.

Leo con mucha frecuencia afirmaciones absolutas que no dan espacio a la reflexión y decisiones personales. En religión los principios fundamentales teóricos , deben contrastarse con la coherencia de los actos y acciones que realizamos.
Considero muy iluminador el principio:" «Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos» (Mateo 7,12); y en el de Lucas: «Como queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo de igual manera con ellos» (Lucas 6,31). La fórmula «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» se encuentra en Levítico 19,18, y es citada en varios pasajes del Nuevo Testamento (Mateo 19,18; 22,38; Marcos 12,31; Lucas 10,27; Romanos 13,9; Gálatas 5,14; Santiago 2,8).



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