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lunes, noviembre 10, 2025

TE HE AMADO

 


BREVES NOTAS DE LA CARTA APOSTÓLICA


DILEXI TE

1. «Te he amado» (Ap 3,9), dice el Señor a una comunidad cristiana que, a diferencia de otras, no tenía ninguna relevancia ni recursos y estaba expuesta a la violencia y al desprecio:

 CAPÍTULO PRIMERO

ALGUNAS PALABRAS INDISPENSABLES

«A los pobres los tendrán siempre con ustedes» (Mt 26,11) expresa el mismo concepto que cuando promete a los discípulos: «Yo estaré siempre con ustedes» (Mt 28,20).

El grito de los pobres

«Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo […]. Ahora ve, yo te envío» ( Ex 3,7-8.10)

 Existen muchas formas de pobreza: aquella de los que no tienen medios de sustento material, la pobreza del que está marginado socialmente y no tiene instrumentos para dar voz a su dignidad y a sus capacidades, la pobreza moral y espiritual, la pobreza cultural, la del que se encuentra en una condición de debilidad o fragilidad personal o social, la pobreza del que no tiene derechos, ni espacio, ni libertad.<

Prejuicios ideológicos

núcleo incandescente de la misión eclesial, me hace pensar que siempre es necesario volver a leer el Evangelio, para no correr el riesgo de sustituirlo con la mentalidad mundana. No es posible olvidar a los pobres si no queremos salir fuera de la corriente viva de la Iglesia que brota del Evangelio y fecunda todo momento histórico.

CAPÍTULO SEGUNDO

DIOS OPTA POR LOS POBRES

La opción por los pobres

Opción preferencial de Dios por los pobres, una expresión nacida en el contexto del continente latinoamericano y en particular en la Asamblea de Puebla, pero que ha sido bien integrada en el magisterio de la Iglesia sucesivo. [12]Esta “preferencia” no indica nunca un exclusivismo o una discriminación hacia otros grupos, que en Dios serían imposibles; esta desea subrayar la acción de Dios que se compadece ante la pobreza y la debilidad de toda la humanidad y, queriendo inaugurar un Reino de justicia, fraternidad y solidaridad, se preocupa particularmente de aquellos que son discriminados y oprimidos, pidiéndonos también a nosotros, su Iglesia, una opción firme y radical en favor de los más débiles.      Antiguo Testamento  (cf. Sal 34,7).

Jesús, Mesías pobre

Él «se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano» ( Flp 2,7), «Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza» ( 2 Co 8,9).

Los signos que acompañan la predicación de Jesús son manifestación del amor y de la compasión con la que Dios mira a los enfermos, a los pobres y a los pecadores que, en virtud de su condición, eran marginados por la sociedad, pero también por la religión. «¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!» (Lc 6,20).

 Muchas veces me pregunto por qué, aun cuando las Sagradas Escrituras son tan precisas a propósito de los pobres, muchos continúan pensando que pueden excluir a los pobres de sus atenciones.

La misericordia hacia los pobres en la Biblia

«¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?» (1 Jn 4,20).

(Ex 23,4-5). De todo esto se trasluce el valor intrínseco del respeto a la persona: cualquiera, incluso el enemigo, si se encuentra en dificultad, merece siempre nuestra ayuda.

«Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. […] Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él» (1 Jn 4,12.16). «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40).

«Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte!» (Lc 14,12-14).   

¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario, les dice: “Vayan en paz, caliéntense y coman”, y no les da lo que necesitan para su cuerpo? Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta» (St 2,14-17).

 «Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?» (1 Jn 3,17).

CAPÍTULO TERCERO

UNA IGLESIA PARA LOS POBRES

«¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!». [19]

Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres». [21] 

La verdadera riqueza de la Iglesia

En él se unen el testimonio de vida en la atención a los necesitados y el martirio.

Los Padres de la Iglesia y los pobres

San Juan Crisóstomo

42. Así pues, la caridad no es una vía opcional, sino el criterio del verdadero culto.

Cuidar a los enfermos

49. La compasión cristiana se ha manifestado de manera peculiar en el cuidado de los enfermos y los que sufren.

50. En el siglo XVI, san Juan de Dios, al fundar la Orden Hospitalaria san Camilo de Lelis fundó la Orden de los Ministros de los

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, las Hermanas Hospitalarias, las Pequeñas Siervas de la Divina Providencia y tantas otras Congregaciones femeninas se convirtieron en una presencia maternal y discreta en los hospitales, asilos y residencias de ancianos.

El cuidado de los pobres en la vida monástica

Liberar a los cautivos

La Orden de la Santísima Trinidad, Redención de Cautivos (trinitarios), fundada por san Juan de Mata y san Félix de Valois, y la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced (mercedarios), fundada por san Pedro Nolasco con el apoyo de san Raimundo de Peñafort, dominico.

Testigos de la pobreza evangélica

63. En el siglo XIII, ante el crecimiento de las ciudades, la concentración de riquezas y la aparición de nuevas formas de pobreza, el Espíritu Santo suscitó en la Iglesia un nuevo tipo de consagración: las Órdenes mendicantes.

66. Santo Domingo de Guzmán, contemporáneo de Francisco, fundó la Orden de Predicadores con otro carisma, pero con la misma radicalidad.

La Iglesia y la educación de los pobres

Que la educación ha sido siempre una de las expresiones más altas de la caridad cristiana: «La vuestra es una misión llena de obstáculos pero también de alegrías. […] Una misión de amor, porque no se puede enseñar sin amar». [56] 

69. En el siglo XVI, san José de Calasanz, impresionado por la falta de instrucción y formación de los jóvenes pobres de la ciudad de Roma, en unas salas anejas a la iglesia de Santa Dorotea en el Trastevere, creó la primera escuela pública popular gratuita de Europala Orden de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías este valiente sacerdote como «el verdadero fundador de la escuela católica moderna, que busca la formación integral del hombre y está abierta a todos». [58]  En el siglo XVII san Juan Bautista de La Salle, dándose cuenta de la injusticia causada por la exclusión de los hijos de obreros y campesinos del sistema educativo de Francia en aquel tiempo, fundó los Hermanos de las Escuelas Cristianas, con el ideal de ofrecerles educación gratuita, una sólida formación y un ambiente fraternal. La Salle veía el aula como un lugar para el desarrollo humano, pero también para la conversión.

70. Ya en el siglo XIX, también en Francia, san Marcelino Champagnat fundó el Instituto de los Hermanos Maristas de las Escuelas, «sensible a las necesidades espirituales y educativas de su época, especialmente a la ignorancia religiosa y a las situaciones de abandono que vivía particularmente la juventud», [59] 

 Con el mismo espíritu, en Turín, san Juan Bosco inició la obra salesiana, basada en los tres principios del “sistema preventivo” —razón, religión y amor— [60] 

71. Muchas Congregaciones femeninas fueron también protagonistas de esta revolución pedagógica. Las ursulinas, las monjas de la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, las Maestras Pías y muchas otras fundadas especialmente en los siglos XVIII y XIX ocuparon espacios donde el Estado estaba ausente

Por eso, la escuela católica, cuando es fiel a su nombre, se convierte en un espacio de inclusión, formación integral y promoción humana. Así, conjugando fe y cultura, se siembra futuro, se honra la imagen de Dios y se construye una sociedad mejor.

Acompañar a los migrantes

san Juan Bautista Scalabrini y santa Francisca Javier Cabrini. Scalabrini, obispo de Piacenza, fundó los Misioneros de San Carlos para acompañar a los migrantes en sus comunidades de destino, ofreciéndoles asistencia espiritual, jurídica y material.

Al lado de los últimos

Santa Teresa de Calcuta, :”El fruto del silencio es la oración; el fruto de la oración es la fe; el fruto de la fe es el amor; el fruto del amor es el servicio; y el fruto del servicio es la paz” [...].

Carlos de Foucauld entre las comunidades del Sahara; a santa Katharine Drexel, junto a los grupos más desfavorecidos de Norteamérica; a la hermana Emmanuelle con los recolectores de basura en el barrio de Ezbet El Nakhl, en la ciudad de El Cairo; y a muchísimos más.

Movimientos populares

«Que incluyan a los movimientos populares y animen las estructuras de gobierno locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común». [73] 

CAPÍTULO CUARTO

UNA HISTORIA QUE CONTINÚA

El siglo de la Doctrina Social de la Iglesia

Carta encíclica Rerum novarum (1891), León XIII                                                                      Con la encíclica Mater et Magistra (1961) san Juan XXIII 

84. El Concilio Vaticano II : «La Iglesia se presenta como es y como quiere ser, como Iglesia de todos, en particular como la Iglesia de los pobres». [76]  que «el misterio de Cristo en la Iglesia es siempre, pero sobre todo hoy, el misterio de Cristo en los pobres», [77]«Esta es la hora de los pobres, de los millones de pobres que están en toda la tierra, esta es la hora del misterio de la Iglesia madre de los pobres, esta es la hora del misterio de Cristo sobre todo en el pobre». 

86. En la constitución pastoral Gaudium et spes, actualizando la herencia de los Padres de la Iglesia el Concilio afirmó con fuerza el destino universal de los bienes de la tierra y la función social de la propiedad que deriva de ello:Quien se halla en situación de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí. […] La misma propiedad privada tiene también, por su misma naturaleza, una índole social, cuyo fundamento reside en el destino común de los bienes. Cuando esta índole social es descuidada, la propiedad muchas veces se convierte en ocasión de ambiciones y graves desórdenes». [82] San Pablo VI en la encíclica Populorum progressio,

 En la encíclica Sollicitudo rei socialis escribe también que hoy, vista la dimensión mundial que ha adquirido la cuestión social, «este amor preferencial, con las decisiones que nos inspira, no puede dejar de abarcar a las inmensas muchedumbres de hambrientos, mendigos, sin techo, sin cuidados médicos y, sobre todo, sin esperanza de un futuro mejor: no se puede olvidar la existencia de esta realidad. Ignorarlo significaría parecernos al “rico epulón” que fingía no conocer al mendigo Lázaro, postrado a su puerta (cf. Lc 16,19-31)». [86]  «el trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social». [87]

Benedicto XVI  en la carta encíclica Caritas in veritate   afirma que «se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus necesidades reales». [88] 

 Las Conferencias del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida constituyen etapas significativas también para toda la Iglesia.

Estructuras de pecado que causan pobreza y desigualdades extremas

Los obispos afirmaron con fuerza que la Iglesia, para ser plenamente fiel a su vocación, no sólo debe compartir la condición de los pobres, sino también ponerse de su lado, comprometiéndose diligentemente en su promoción integral.

 “dictadura de una economía que mata el pecado social toma la forma de “estructura de pecado” en la sociedad, que «muchas veces […] se inserta en una mentalidad dominante que considera normal o racional lo que no es más que egoísmo e indiferencia. Este fenómeno se puede definir “alienación social”». [95] 

La falta de equidad «es raíz de los males sociales». [98] 

El tema de los lugares, los espacios, las casas y las ciudades donde los pobres viven y transitan.

La propuesta del Evangelio no es sólo la de una relación individual e íntima con el Señor. La propuesta es más amplia: «es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales. Buscamos su Reino». [105]

La preocupación por la pureza de la fe ha de ir unida a la preocupación por aportar, con una vida teologal integral, la respuesta de un testimonio eficaz de servicio al prójimo, y particularmente al pobre y al oprimido». [106]

Los pobres como sujetos

«Las agudas diferencias entre ricos y pobres nos invitan a trabajar con mayor empeño en ser discípulos que saben compartir la mesa de la vida, mesa de todos los hijos e hijas del Padre, mesa abierta, incluyente, en la que no falte nadie. Por eso reafirmamos nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres». [109]

La Iglesia, que debe valorizar positivamente la manera “popular” que ellos tienen de vivir la fe. «Sólo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy, sus legítimos anhelos y su modo propio de vivir la fe. [...] Día a día, los pobres se hacen sujetos de la evangelización y de la promoción humana integral: educan a sus hijos en la fe, viven una constante solidaridad entre parientes y vecinos, buscan constantemente a Dios y dan vida al peregrinar de la Iglesia.[…] Sólo desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en su camino de liberación». [111] 

CAPÍTULO QUINTO

UN DESAFÍO PERMANENTE

El amor a los pobres es un elemento esencial de la historia de Dios con nosotros y, desde el corazón de la Iglesia, prorrumpe como una llamada continua en los corazones de los creyentes, tanto en las comunidades como en cada uno de los fieles.De hecho, cada renovación eclesial ha tenido siempre como prioridad la atención preferencial por los pobres, que se diferencia, tanto en las motivaciones como en el estilo, de las actividades de cualquier otra organización humanitaria.

«Se nos pide dedicar tiempo a los pobres, prestarles una amable atención, escucharlos con interés, acompañarlos en los momentos más difíciles, eligiéndolos para compartir horas, semanas o años de nuestra vida, y buscando, desde ellos, la transformación de su situación. No podemos olvidar que el mismo Jesús lo propuso con su modo de actuar y con sus palabras». [114]

El buen samaritano de nuevo

En la encíclica Fratelli tutti el Papa Francisco nos invitaba a reflexionar sobre la parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,25-37),

El hecho es que muchas formas de indiferencia que hoy encontramos «son signos de un estilo de vida generalizado, que se manifiesta de diversas maneras, quizás más sutiles.

Un desafío ineludible para la Iglesia de hoy

Cuando caemos en la cuenta de que justamente los pobres son quienes nos evangelizan.

 La realidad es que los pobres para los cristianos no son una categoría sociológica, sino la misma carne de Cristo. «Una Iglesia pobre para los pobres empieza con ir hacia la carne de Cristo. Si vamos hacia la carne de Cristo, comenzamos a entender algo, a entender qué es esta pobreza, la pobreza del Señor. Y esto no es fácil». [122]

Es necesario recordar que la religión, especialmente la cristiana, no puede limitarse al ámbito privado, como si los fieles no tuvieran que preocuparse también de los problemas relativos a la sociedad civil y de los acontecimientos que afectan a los ciudadanos. [125]

«La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual […]. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria». [127] 

El hecho es que «la falta de trabajo es mucho más que la falta de una fuente de ingresos para poder vivir. El trabajo es también esto, pero es mucho, mucho más. Trabajando nosotros nos hacemos más persona, nuestra humanidad florece, los jóvenes se convierten en adultos solamente trabajando. La Doctrina Social de la Iglesia ha visto siempre el trabajo humano como participación en la creación que continúa cada día, también gracias a las manos, a la mente y al corazón de los trabajadores». [128] 

 Dice el libro de los Proverbios: «El hombre generoso será bendecido, porque comparte su pan con el pobre» (Pr 22,9).

«Pero tú sé indulgente con el humilde y no le hagas esperar tu limosna, […] que el tesoro encerrado en tus graneros sea la limosna, y ella te preservará de todo mal» (Si 29,8.12). Y Jesús retoma esta enseñanza: «Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo» (Lc 12,33).

El amor es ante todo un modo de concebir la vida, un modo de vivirla.

 

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 4 de octubre, memoria de san Francisco de Asís, del año 2025, primero de mi Pontificado.

 

LEÓN PP. XIV

 

sábado, noviembre 08, 2025

RESURRECCIÓN


Domingo XXXII


Feliz Domingo .

Con alegría comparto con ustedes, amigos y seguidores, la buena noticia del don único de la resurrección que en nuestro Bautismo hemos recibido, al incorporarnos a Cristo, participamos de su muerte y participaremos de su rección. 

Vivamos la vida nueva que se nos ha ddado.

viernes, noviembre 07, 2025

Administradores

 "Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que lo hijos de la luz " (Lc 16,8).


"¡Recuerda quien eres, qué asuntos llevas entre manos, quien te los ha confiado, por qué razón has sido preferido entre muchos !"  San Basilio 

martes, noviembre 04, 2025

 


  1. Que vuestro amor sea sin fingimiento, aborreciendo lo malo, llegándoos a lo bueno; como buenos hermanos sed cariñosos unos con otros; estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad no seáis descuidados; en el Espíritu manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor .
  2. Que la Esperanza os tenga alegres: estad firme en la tribulación, sed constantes en la oración. Contribuir en las necesidades de los santos [de los hermanos], practica la hospitalidad...Tened igualdad de trato unos con otros (Rm 15 , 8-12)

Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno.

Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo.

Sean diligentes y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al Señor.

Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar.

Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso.

Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.

Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran.

Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios.

No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones.

Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos. (Rm 12, 9-18)




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