Por el bautismo
nos incorporamos a Cristo. Por el bautismo fuimos
sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria
del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
No estamos celebrando el triunfo de un personaje,
estamos celebrando nuestra propia historia. Nosotros no éramos pueblo, estábamos
bajo el dominio del pecado, y Cristo nos ha rescato y no ha dado nueva vida.
Celebramos la muerte y resurrección de Cristo,
pero celebramos también nuestro propio renacer
con Cristo para la Vida eterna.
Demos gracias al Señor que ha estado bueno
con nosotros.
«No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret,
el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí.
Atentos: ¿A quién Buscamos? No es una
pregunta inútil, a veces buscamos confirmar nuestras imágenes y pensamientos,
no nos resulta cómodo reconocer el escandalo de la muerte del inocente y pronto
lo queremos olvidar, pero la realidad está ahí y hay que aceptarla. Desde la muerte
misma hemos de buscar al que vive al resucitado.
Pero la auténtica búsqueda no queda en la satisfacción
de los que hemos encontrado sino en el compromiso de vivir de acuerdo a la
verdad que conocemos.
Cristo ha resucitado y debemos llevar esta
buena noticia a los demás. Pero primero hemos de volver continuamente a donde encontramos
por primera vez a nuestro Amor. Al que dio la vida por nosotros sus amigos.
Viva Cristo Resucitado nuestro amor y nuestra
esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu participación