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martes, agosto 09, 2016

Mi Parroquia

El obispo de Roma también reflexionó sobre la situación de la parroquia, una estructura «siempre válida» pero que debe ser renovada. «¡El problema -hizo presente Francisco- es cómo planteo la parroquia! Hay parroquias con secretarías parroquiales que parecen ‘discípulas de Satanás’, ¡que espantan a la gente!.
Parroquias con las puertas cerradas. Pero también hay parroquias con las puertas abiertas, parroquias en las que, cuando alguien va a preguntar, se dice: ‘¿Sí, sí? Pásele, ¿cuál es el problema?’. Y se escucha con paciencia».

El Papa subrayó que en la actualidad ser párroco es cansado, pero «el Señor nos ha llamado a nosotros para que nos cansemos un poquito, para trabajar, no para descansar». Después contó lo que sucedía en una parroquia de Buenos Aires: «Cuando los novios llegaban: ‘Nosotros queremos casarnos aquí’. ‘Sí -decía la secretaría- estos son los precios’. Esto no funciona, una parroquia así no funciona», exclamó.

Pasando por aquí



Cualquier fecha es buena si el propósito es bueno:
No todo lo que vivimos es pletórico, lleno de emoción y de sentido, pero en todo lo que vivimos podemos descubrir dones y valores  que nos  colocan  más allá de la rutina y el desencanto. Lap

Del papa Francisco :  







El tema de la teoría de género fue uno de los temas particularmente afrontados por Papa Bergoglio, quien afirmó que está de acuerdo con su predecesor Benedicto XVI: «Esta es la época del pecado contra el Creador».
«En Europa, en América, en América Latina, en África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas -repitió. Y una de estas, lo digo claramente con ‘nombre y apellido’, es la teoría de género».
El obispo de Roma también reflexionó sobre la situación de la parroquia, una estructura «siempre válida» pero que debe ser renovada. «¡El problema -hizo presente Francisco- es cómo planteo la parroquia! Hay parroquias con secretarías parroquiales que parecen ‘discípulas de Satanás’, ¡que espantan a la gente!.
Parroquias con las puertas cerradas. Pero también hay parroquias con las puertas abiertas, parroquias en las que, cuando alguien va a preguntar, se dice: ‘¿Sí, sí? Pásele, ¿cuál es el problema?’. Y se escucha con paciencia».
El Papa subrayó que en la actualidad ser párroco es cansado, pero «el Señor nos ha llamado a nosotros para que nos cansemos un poquito, para trabajar, no para descansar». Después contó lo que sucedía en una parroquia de Buenos Aires: «Cuando los novios llegaban: ‘Nosotros queremos casarnos aquí’. ‘Sí -decía la secretaría- estos son los precios’. Esto no funciona, una parroquia así no funciona», exclamó.
Creo que nosotros, en este mundo tan secularizado, también tenemos el otro peligro, de la espiritualización gnóstica. Esta secularización nos da la posibilidad de hacer crecer una vida espiritual un poco gnóstica».
Francisco recordó «que fue la primera herejía de la Iglesia: el apóstol Juan dio de palos a los gnósticos (¡y cómo, y con qué fuerza!), en donde hay una espiritualidad subjetiva, sin Cristo. El problema más grave, para mí, de esta secularización es la descristianización: quitar a Cristo, quitar al Hijo. Yo rezo, escucho… y nada más. Esto es gnosticismo».
Encontrar, observó, «a Dios sin Cristo, un Dios sin Cristo, un pueblo sin Iglesia. ¿Por qué? Porque la Iglesia es la Madre, la que te da la vida, y Cristo es el Hermano mayor, el Hijo del Padre, que te revela el nombre del Padre. Una Iglesia huérfana: el gnosticismo de hoy, puesto que se trata de una descristianización, sin Cristo, nos lleva a una Iglesia, digamos mejor, a cristianos, a un pueblo huérfano. Y nosotros debemos hacer que nuestro pueblo escuche esto».
El consejo del Pontífice: «La cercanía. Hoy, nosotros, servidores del Señor (obispos, sacerdotes, consagrados, laicos convencidos), debemos estar cerca del pueblo de Dios. Sin cercanía solo hay palabra sin carne». Por ello hay que pasar por las obras de misericordia, «tanto corporales como espirituales».
«‘Pero, usted dice estas cosas porque está de moda hablar de la misericordia en este año’… ¡No! ¡Es el Evangelio!. La cercanía es tocar la carne que sufre de Cristo». Y la Iglesia, «la gloria de la Iglesia -añadió- son los mártires, claro, pero hay también muchos hombres y mujeres que han dejado todo y han pasado sus vidas en los hospitales, en las escuelas, con niños, con los enfermos».
Hablando sobre el asesinato del padre Jacques Hamel, afirmó: «Ideologías, sí, pero ¿ cuál es la ideología de hoy, que está en el centro y que es la madre de las corrupciones, de las guerras? La idolatría del dinero. El hombre y la mujer ya no son el ápice de la creación, allí han puesto al dinero, y todo se compra y se vende por dinero. En el centro, el dinero».
«Un gran católico me contó, escandalizado —continuó—, que fue a ver a un amigo empresario: ‘Te voy a enseñar cómo gano 20 mil dólares sin moverme de mi casa’. Y con la computadora, desde California, hizo una compra de no sé qué cosa y la vendió en China: en 20 minutos, en menos de 20 minutos, había ganado los 20 mil dólares. ¡Todo es líquido!».
Sobre los migrantes dijo que, al hablar con economistas mundiales, «que ven este problema, dicen: ‘Nosotros tenemos que invertir en aquellos países’», de los que provienen. «Haciendo inversiones —explicó— tendrán trabajo y no necesitarán migrar.
¡Pero está la guerra!». La guerra «de las tribus, algunas guerras ideológicas o algunas guerras artificiales, preparadas por los traficantes de armas que viven de esto: te dan las armas a ti que estás contra aquellos, y a aquellos que están contra ti. ¡Y así viven ellos! De verdad, la corrupción es el origen de la migración».

Entonces, «¿qué hay que hacer? Yo creo que cada país debe ver cómo y cuándo: no todos los países son iguales; no todos los países tienen las mismas posibilidades. 



lunes, mayo 11, 2015

Frescura

Sólo el que ama encuentra la Sabiduría

Sólo los que aman encuentran la Sabiduría

Estamos siempre de salida, en busca de mil cosas; nos preocupamos por satisfacer todas nuestras más mínimas necesidades, nos proponemos infinidad de actividades y nos metemos en mil diligencias. Pareciera que nuestra vida no tendría sentido, sin entregarnos permanentemente a una actividad incansable.

La agitación, el apresuramiento, la perturbación es el precio a pagar, es la otra cara de nuestras prisas y activismos. Tasa impuesta por el impulso, siempre insatisfecho, de estar ocupados, como huyendo de nosotros mismos, en camino hacia no sabemos muy bien donde. Todo ello nos produce un estado de animo y de cuerpo que llamamos estrés y que, al menos físicamente, es un alerta de que no logramos integrar lo que somos, hacia donde vamos y lo que hacemos.

No podemos renunciar a nuestra condición de seres inquietos en búsqueda, aun que podemos equivocarnos o perder el sentido de nuestra vocación.

Apasionarse por la Sabiduría es la mejor de las ambiciones, nos dice hoy la Escritura. Si bien son muchas las cosas que nos inquietan y exigen nuestro compromiso, debemos ordenar nuestras prioridades, para que nos entreguemos de lleno a nuestro misión sin confusión ni desenfreno.

No es un quehacer de poca monta descubrir cual es esa sabiduría, que por otra parte, como dice la misma Escritura “se muestra con gusto a los que la aman, se deja encontrar por los que la aman.” (Sap 6,12-16)

La sabiduría no es producto de nuestras deseos, es don que se recibe. No agita las pasiones sino que serena y construye la paz. Está en lo profundo de nuestra alma, y sin ella somos mediocridad y vació, pasión prometéica que no llega a ninguna parte. La sabiduría es vida plena, alegría que se celebra y se derrama en bendición. ( Sal 63,2 -8 )

La verdadera sabiduría nos libra del miedo a la muerte. La sabiduría es la salvación de Dios que se manifestó en Jesucristo para nuestra glorificación. (1Tes 4,13-18) 

La verdadera Sabiduría nos permite movernos y entregarnos con radicalidad sin el fantasma del tiempo perdido, sin el pánico de descentrarnos de nosotros mismos, porque nuestro centro, nuestra vida está dado en el Otro, con mayúscula, y así la Sabiduría nos invita a no medirnos en la entrega a los demás.

Es nuestra responsabilidad que acojamos este don que se nos da, pero debemos apasionarnos por ella y buscarla, aun que ella sale a nuestro encuentro. En verdad hay muchas cosas en las que afanarse, pero una, en especial, es muy importante, quien la posee, tiene a todas las demás. Que aventura mas atrayente fortalecer nuestras convicciones más profundas y antiguas, con creatividad, humildad y empeño.

Esforcémonos por poseer esta sabiduría que de sentido a nuestra existencia, vigor a nuestro servicio y alegría y gozo en nuestro amor. No sea que al final por nuestra desidia no podamos entrar en la fiesta de la vida. (Mt 25,1-13)

1Tes 4,13-18 : Mt 25,1-13
                                                                                                               Luis Prieto

Por el Camino


viernes, noviembre 28, 2014



son

familia


Hermanos 


adolescentes de la comunidad 


jóvenes del centro juvenil



  • GRACIAS POR SUS PRESENCIA
  • DIOS LES SIGA BENDICIENDO





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