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martes, marzo 26, 2019

En torno a la pornografía

En torno a la pornografía


Por Enrique Rojas , catedrático de psiquiatría.  15 de marzo 2019 Periódico  ABC de Madrid.


Más del 80% de los jóvenes, del “civilizado”   ven pornografía casi a diario. El psiquiatra dice que los jóvenes  comenta esto como de pasada y otros lo consultar este asunto, que no pueden decírselo a nadie, porque el tema descalifica, es inconfesable.

Algunos acuden referidos y hablan de ansiedad o una especie de obsesión. “Soy adicto a la pornografía. Es a diario y los fines de semana paso muchas horas en esto…pensé que era normal , mis amigos ven pornografía pero un rato a la semana…. Estoy mal, ayúdeme, haga lo que sea para sacarme de aquí.”


Alguien me dice: cometes un error  cuando a la gente joven que viene a la consulta, por la causa que sea , le preguntas: ¿Tu ves pornografía? El asunto hay que formularlo ¿Cuánta pornografía ves? Porque casi todos la ve, por no decir todos. Es un negocio. En estados unidos aprobado desde 1973. Hoy es una lacra terrible que  tiene una enorme influencia  no sólo en los jóvenes , sino también en los adultos. La pornografía consiste en la presentación de imágenes sexuales directas, explicitas, que invitan al consumo del sexo. Es el deseo sexual sin amor. La oferta es inmensa, algunos dicen que el 50% de Internet es pornografía. Algunos lo llevan en una aplicación en sus móviles.


¿Por qué es mala la pornografía? Porque degrada al ser humano, lo rebaja, lo convierte en alguien que sólo ve en la mujer la posibilidad de tener algún tipo contacto sexual, desdibujándose otras muchas posibilidades en la relación hombre-mujer. La pornografía es una mentira sobre el sexo. Es maestra en ofrecer una imagen de sexualidad utópica, irreal, delirante, absurda…,y que se convierte en una obsesión de distintos grados, según el nivel de consumo que esa persona tenga.


La pornografía en el joven. Es natural que a un adolescente que está descubriendo su sexualidad le interesen todos estos temas. Hoy, para muchos, la educación sexual la hace la pornografía: así de claro. Y esto lo sé bien como psiquiatra, porque muchos jóvenes me los explican…. Pornografía y masturbación forman un binomio. Se busca sexo rápido, inmediato, sobre la marcha…que a la larga incapacita para tener una relación de pareja sana, positiva, madura.
Nadie dice que ve pornografía. Los jóvenes sí lo hacen entre ellos y lo comentan con cierta naturalidad.
La adicción a la pornografía es más grave que la de la cocaína, pues afecta a circuitos cerebrales concreto, en donde una sustancia llamada dopamina asoma, y después de un tiempo sin ver ese tipo de imágenes, uno se ve empujado a buscarlas, es como un imán que arrastra en esa dirección. Millones de adolescentes atrapados  en esto desde los 12-14 años, sin que sus padres  se enteren, lo que cambia su visión de la mujer, de la sexualidad  y del amor.


La pornografía en el adulto. Sorprende bastante saber que muchas personas entre cuarenta y sesenta años la ven con bastante frecuencia. Quizá no lleguen a la adicción en sentido estricto sino que algunas veces a la semana o en horas muertas, la buscan, pasan unas horas entretenidos con este material. El problema es que este tipo de personas, cuando tiene relaciones intimas con su pareja, le piden “cosas especiales” que han visto escenificadas y la sexualidad deja  de ser un acto que empieza por la ternura, por  la delicadeza, por una afectividad suave y que termina en el acto sexual…y todo es rápido, brusco, sin liturgia y con peticiones  muchas veces degradantes…y la mujer no siente placer y por tanto se retrae de tenerlas y se produce un mecanismo de feed-back, que puede llevar a que esa pareja entre en una crisis conyugal. Una mujer por ese camino termina siendo frígida, porque el hombre no sabe hacer las cosas bien.
La adición a la pornografía con más o menos intensidad y frecuencia se ha convertido en una epidemia mundial. En las últimas semanas se han descubierto en algunos países de la UE una red de pornografía infantil y otra homosexual , de enorme proporciones. 

La pornografía arruina vidas, matrimonios, familias, gente atrapada en estas redes de este drama oculto y enmascarado. Dos libros recientes nos abren los ojos: uno  de Peter Klebros, psicólogo americano, titulado Pornografía: comprender y afrontar el problema, muy bien estructurado y con mucha documentación estadística. Y otro de Tokumura, en donde analiza el tema de las redes: pornografía online, que nos da una visión panorámica. Hay un gran negocio detrás de todo esto…que destruye a la persona y la convierte en esclava. Millones de  niños, adolescentes  y también adultos , enganchados en esto, que cambia la óptica sobre óptica sobre la mujer, el amor, las relaciones intimas y el verdadero sentido de la sexualidad sana. De esto no se habla casi en ningún sitio. Este artículo quiere invitar a reflexionar sobre ello. La sexualidad es un lenguaje del amor comprometido. Es una gran sinfonía en donde se hospedan lo físico, lo psicológico, lo espiritual y lo biológico. Todo junto, sumado y a la vez. El sexo pasa de ser una relación de cuerpo a cuerpo, se  usar y tirar, epidémico y superficial, a una relación de persona a persona, un encuentro profundo y solemne repleto de significado.


La clave está en integrar la sexualidad  en el proyecto común de la pareja. Y hacerlo con armonía. Las relaciones íntimas desempeñan un papel muy importante en la vida conyugal: es la entrega total. La pornografía juega un papel importante en el 70% de los divorcios y muchos de los integrantes de las manadas de jóvenes con abusos sexuales, llevan años  viendo pornografía y muchos son verdaderos adictos.

Enrique Rojas -  15 de marzo 2019 Periódico  ABC de Madrid.

Enrique Rojas, de 72 años, es catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Extremadura, director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas y presidente de la Fundación Rojas-Estapé para el tratamiento de los trastornos de la personalidad en personas con pocos recursos económicos. Sus trabajos de investigación se centran en el ámbito de la depresión, la ansiedad y los trastornos de la personalidad, junto a obras de inspiración humanista para la vida personal y familiar. Es autor de numerosos bestsellers, entre ellos Remedios para el desamor, Guía práctica contra la depresión, El hombre light. La importancia de una vida con valores, Vive tu vida y 5 consejos para potenciar la inteligencia.

viernes, marzo 15, 2019

Hacia un nuevo paradigma .


 “Nos estamos dando cuenta de que algo debe cambiar” y no es algo trivial. Pero "no es fácil dar entendimiento a quien no tiene actitud".  
Vencer la pereza e inercia y aventurarse a escuchar la llamada del Espíritu que renueva todas las cosas.


I. Hacia un nuevo paradigma. 

Lectura libre de un artículo de Luis A. Gonzalo Diez, cmf , en la revista Vida religiosa .vol 116 

Podemos decir que, por fin, “nos estamos dando cuenta”. Cuando nos damos cuenta de algo puede ser el inicio de la verdad, sino nos dejamos llevar de la tentación del “siempre ha sido así.”

Cambio de paradigma,  ¿por dónde empezar? Por una evidencia: que las cosas han cambiado, y, además, de una manera significativa. Esto no quiere decir que nada del pasado sirve en este hoy incierto, ni mucho menos. Tiene que ver con la intuición, que se convierte en convicción de que las cosas deben cambiar, adaptarse o, aún más, reformarse.
Del jesuita Baltasar Gracián un pensamiento muy útil, más o menos dice así: “es difícil dar entendimiento a quien no tiene actitud, pero es más difícil dar actitud a quien no quiere entender, porque son sordos para oír y no abren los ojos para ver.” Como en la mayoría de las situaciones problemáticas, el principio para salir de ellas y progresar es darse cuenta de la situación y querer salir de ella.
Tiene que ver más con constatar que nuestras apreciaciones ya no son útiles y eficaces, que no llegan a percibir la realidad y sus prioridades; y esto tiene que ver mas con la convivencia  diaria con responsabilidad que la simple intuición teórica. Pero cuando “empezamos a darnos cuenta” se inicia la búsqueda de las razones  y se encuentran, inevitablemente, con nuevo rostro de las personas y la realidad que configuran de una manera bien distinta las razones profundas de las relaciones y las prioridades.
Vamos a recordar que no queremos acercarnos a este concepto para rendir culto al “dios de la sociología, queremos dejarnos guiar por un soplo pneumatológico de este tiempo. En el campo de la vida pastoral de la Iglesia es un “des-funcionar” la misión y la comunidad para descubrir la libertad de la entrega. Solo desde la sencillez y limpieza original podemos descubrir su capacidad de ser alternativa.

Educar la actitud
Quizá la dificultad mayor estriba en hacer  caer en la cuenta de la necesidad, porque si esta no se percibe, estamos ante un signo de nuestro tiempo que es la autocomplacencia. La dinámica de estímulos y respuestas, aunque no ofrecen resultados, obligan reconocer que la primera necesidad que tenemos, para situarnos en este cambio de paradigma, es “dar entendimiento a quien no tiene actitud.”En palabras más sencillas para nosotros, No es malgastar el tiempo que se dedica a la formación  y el cuidado de las personas de manera que experimenten actitudes nuevas que las introduzcan a la frontera del Misterio. Llegar a comprender que cuando se habla de nuevos escenarios o nuevos retos no se están haciendo formulaciones de galería sino auténticos principios de espiritualidad y compromiso.
Para nosotros , agentes pastorales, catequistas, ministros, etc., debemos comprender que nuestra entrega y servicio necesita contexto, cultura, oyentes e interpelación de la sociedad…Necesitamos recrear la vida en una cultura del encuentro, que es la misma experiencia de donación total de Jesús que con su vida y su pasión por cumplir la voluntad del Padre, se hizo uno con los suyos, dejándose comprender y , por ello, también cuestionar.

Abrir lo ojos para ver
Esto nos ayuda a entender que aquel cambio de paradigma que resulta ambiguo en su definición y descripción, se llega a descubrir reactivando la visión. Algo tan sencillo y milagroso como  abrir los ojos para ver, se convierte así, en el primer signo de fidelidad para nuestro tiempo.
Abrir lo ojos para ver, profundo significado bíblico, nos permite descubrir que la realidad  no es ajena a la misión, y por supuesto la misión no es ajena a la realidad; que la constatación de minoridad no es consecuencia del fracaso o de la infidelidad, sino del signo y la Alianza; o que la vejez, no es el anticipo de lamerte, sino el del milagro que Dios que se anuncia siempre en la fragilidad.
Abrir los ojos para ver, nos permite a los creyentes la capacidad teologal de buscar y gozar la reconciliación, como único camino para ser anuncio en la sociedad fragmentada y dividida. Finalmente, abrir los ojos, y mirar  con los ojos de Dios, conforme a su cálculo, caeremos en la cuenta de que la misión tiene que cambiar su dirección, nos sentimos empujados a las márgenes de la debilidad y la pobreza y, así, abrazaremos, por fin, una desamortización        (deseducación) que nos libere de un peso institucional que está reduciendo la novedad a pura literatura.

Principio inspirador
Desde un principio inspirador de libertad, y este desde una lectura de la vida en clave de misión. No partimos de una necesidad de conservación sino desde una llamada a descubrir ¿de qué manera nos necesita el Espíritu en esta era? Se trata no de apuntalas sino transformar.
Solemos ofrecer respuestas que nos ofrecieron en el pasado y nos fueron útiles  en nuestra búsqueda, pensando que serán siendo valiosas para los demás. La realidad no es así. Como constatamos en las catequesis, en la formación religiosa, sólo se logra  una aparente aceptación , que si bien, puede parecer armónica, en realidad es amorfa, porque los más jóvenes  no hacen su propio trayecto como creyentes.
A quienes  son nuestros interlocutores debemos permitirles que expresen quiénes son, qué quieren, que necesitan y qué sueñan. En sus vidas tenemos  la noticia real del nuevo paradigma, que está ya presente, para que la vida creyente tenga la pertinente agilidad y necesidad. Así la fe y el mensaje de la comunidad recuperará el efecto llamada que, en esencia, nunca ha perdido. Aunque  en las formas  haya quedado desfasada.

Llamados a “perder para ganar”
El centro de la vida es la misión, asumida y entendida como reto y tarea. Como don y tarea debemos desde esta perspectiva  abrazar un tiempo nuevo donde sea posible realizar la misión. Para ello hablamos de  la necesidad de reconocer y aceptar el nuevo paradigma, esto, ciertamente, nos obligará a tomar decisiones que nos desconciertan y duelen. Pero sin la asunción de ese cambio estructural notable, no garantizamos un principio básico de la generosidad de la vida cristiana: ser testigos y cauce del kerigma para tiempos presentes y venideros.
Es importante que comprendamos que debemos dejar para que el crezca, que debemos orar diciendo de corazón: Señor, ya puedes dejar a tu siervo irse en paz. Pero ha de hacerse con la esperanza gozosa de haber sembrado y facilitado  que la nueva semilla encuentre su tierra, su abono y su sol en los tiempos nuevos. No hay otro camino para sino asumir el de ese dialogo eterno  que vida y muerte mantienen desde los orígenes de la creación.
Esto significa en lo más profundo “perder para ganar”. Hay que volver a la vida sencilla, limpia y austera para reflejar a Dios. Salir de los esquemas del consumo y poder para ofrecer a Dios a los hermanos, es una autentica necesidad .
El nuevo paradigma nos invita desde la fe, a vivir en búsqueda. Solo desde la pobreza de quien lo espera todo de Quien puede hacer nueva las cosas, descubriremos la promesa de primavera, no tanto en los datos cuantificables, cuanto en la calidad de las comunidades y presencias, porque evocaran, con poco medios y palabras, que la fraternidad gratuita de Dios es el gran signo de nuestro tiempo a través de nuestra generosidad y servicio.


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II Nuevo paradigma.

Utilizo un artículo de Javier Monserrat como punto de referencia, pero no necesariamente presento sus aportes, en la revista Vida religiosa .vol 116

El termino  paradigma, introducido por Thomas S. Kuhn, ha sido utilizado ampliamente y  de una manera variada.
“Paradigma  es la forma de ligar armónica y lógicamente en la ciencia el conjunto de evidencias empíricas y el cuerpo de sus consecuencias deductivas para construir una imagen global unitaria de la realidad o de algunas de sus partes o regiones de conocimiento.”
Hay momentos históricos en que el paradigma existente “rechina” porque en el no pueden integrarse nuevas evidencias surgidas  en el conocimiento (para Kuhn, anomalías científicas , que no pueden integrarse en el paradigma, tal como ha sido hasta el momento construido).
Pero las evidencias no pueden negarse y la fuerza dela realidad del conocimiento acaba por impulsar lo que Kuhn llama el cambio de paradigma: es decir la formulación de un nuevo paradigma en el que pueda caber con armonía y lógica todo lo que constituye nuestro conocimiento de la realidad y de la historia. Lo que había  en el antiguo paradigma se integra en el nuevo, pero reinterpreta en un nuevo contexto de relaciones que supone asumir los conocimientos de antes pero armonizados con otros  nuevos que han hallado su acomodo en el nuevo paradigma.
Vamos a tratar de llevar este término al conocimiento del mensaje de Jesús de Nazaret. La teología cristiana se plantea como llegar al conocimiento  de lo que Jesús verdaderamente  nos ha revelado sobre Dios, sobre la creación, sobre el hombre, sobre la historia y sobre la salvación.
El esfuerzo de delimitar las intenciones de conocimiento  de la teología  y de establecer una metodología especifica de la teología para llegar a ese conocimiento, del mensaje y de la doctrina de Jesús de Nazaret ha dado lugar en la teología cristina a un cierto paradigma teológico.
El concepto epistemológico de paradigma e n nuestro caso lo podemos definir como “una cierta imagen global y una manera de entender relacionalmente el contenido del mensaje de Jesús . ( contando con la idea de asistencia/inspiración y de una cierta hermenéutica).
Epistemología teológica estudia la forma de razonar de la teología para llegar al conocimiento del mensaje de Jesús. Establece que hay un factor esencial para entender el razonamiento teológico: la fe en que Dios se revelado en Cristo. ( la teología cristiana parte del establecimiento de la fe: aceptación de que Dios está en Cristo. Parte de la fe en Cristo , en que Dios se ha manifestado para deducir de ella la forma de razonamiento ( método) que lleva a lo que pretende la  teología (intención, objetivo) a saber, conocer de manera más profunda el mensaje de Jesús de Nazaret.

Acercándonos a la reflexión cristiana. Desde el pensamiento teológico
La reflexión teología cuenta con unos conceptos que le son propios y le permiten realizar su labor: los conceptos de asistencia/ inspiración y la distinción teológica entre kerigma y la hermenéutica. La profundización  de estos conceptos  nos ayuda a comprender la necesidad del cambio paradigmático en la Iglesia.
1) Asistencia e inspiración. La Iglesia desde su origen tuvo clara su misión proclamar el mensaje de la Buena Noticia de Jesús. Las Palabras de Jesús habían dado origen a los escritos que debían jugar un papel esencial en transmitir a la historia la proclamación del mensaje de Jesús. La teología interpretaba esos escritos (narraciones, evangelios , cartas, apocalipsis…) , no era fácil fijar la doctrina de Jesús en sus contenidos esenciales para transmitirlos a las nuevas generaciones. La pregunta clave: ¿Cuál  era el kerigma que la Iglesia debía proclamar?
La Iglesia estaba persuadida de que Dios se ha manifestado en Cristo y que ella tenía la misión de transmitir eficazmente  su mensaje (Ella, depositaria de este mensaje que debía transmitir.) Si la Iglesia tenia esta misión, entonces cabía aceptar (y creer) que la Providencia  de Dios debía asistir a la Iglesia en esta tarea. Esta asistencia  debía manifestarse primariamente en la inspiración de la Escrituras y en la posterior asistencia  a la Iglesia para su interpretación. Pensemos en el establecimiento del canon de los libros sagrados, establecimiento básico de la idea Trinitaria de Dios, la naturaleza humana y divina de Cristo.
2) El Kerigma y la hermenéutica. La fe cristiana es adhesión personal, existencial e intelectual a Jesús de Nazaret. La Iglesia se siente depositaria del mensaje de Jesús.¿ en que cosiste ese mensaje? El kerigma nació como proclamación del mensaje de Jesús desde la fe ( en el marco de la asistencia y la inspiración). Jesús había comunicado su mensaje en  palabras y la Iglesia debía también proclamar el kerigma con palabras. ¿Cuál es el contenido del kerigma, el contenido del mensaje de Jesús? Esta fue una de las tareas primordiales de la Iglesia primitiva. La Iglesia no podía errar (inerrancia) en transmitir el kerigma  porque esto haría inviable la voluntad de Dios de hacer presente su mensaje a lo largo de la historia.

La hermenéutica histórica del kerigma cristiano.
La Iglesia tenía muy claro que debía proclamar el mensaje de Jesús, el kerigma, también   comprendió que debía  atender a la interpretación  o explicación del kerigma en el marco de la creación y de la cultura humana. Esto es lo que llamamos hermenéutica, interpretación  [Por hermenéutica entendemos  la capacidad de interpretar acorde a unos parámetros racionalmente validos.]
Pero es algo más que una tarea necesaria para proclamar el kerigma, es una tarea que se justifica por el mismo contenido de la fe cristiana: el Dios que se revela en Cristo era el mismo autor de la creación. Revelación(expresada en el kerigma) y Creación (expresada en la naturaleza) respondían a un mismo plan de Dios para la salvación del hombre.
Dios ha hablado en la forma de Creación, especialmente creación  del  hombre,pero también  en la Revelación, por Jesús. Dios ha hablado en el Libro de la naturaleza, pero también en el Libro de la Revelación. Ambos libros deben contener el mismo mensaje.
Desde antiguo la Iglesia siempre ha pretendido que su proclamación del kerigma estuviera inserta en el logos racional del Universo, tal como era conocido por la sociedad y por la cultura de su tiempo.
La pregunta  por el kerigma  se responde desde la fe dela Iglesia recogiendo el mensaje y la doctrina de Jesús. Pero la pregunta  por la creación se responde ejerciendo la pura razón del hombre natural, sin  más apoyo que ella misma en un momento cultural preciso.
La Iglesia primitiva este acceso a la teología de la creación estaba mediada por la cultura greco-latina. La hermenéutica no goza de la inerrancia como el kerigma. La teología  fue fundamentalmente profundización y exposición del kerigma, pero la vía hermenéutica fue  dependió  del platonismo y neoplatonismo y también de alguna corriente del estoicismo. En el siglo VIII la dependencia de la hermenéutica del la filosofía se hizo mucho mayor , con los sistemas  de la filosofía escolástica; el tomismo, el escotismo y el suarismo.

El paradigma greco-romano y supervivencia en la Iglesia
Ahora ya podemos decir que el concepto de paradigma es un término muy apropiado para calificar el sistema interpretativo (hermenéutico) que se formo en la Iglesia a lo largo de los siglos.
Es obvio que este paradigma no se identifica con todo lo greco -.romano , pero se movió dentro de este mundo de referencia greco-romano. Lo podemos llama  paradigma greco-romano.
Este paradigma interpretó el kerigma cristiano con dos sesgos filosóficos de una importancia transcendental. El teocentrismo y teocratismo.
Teocentrismo  quería decir que el hombre en el mundo, por el ejercicio de su razón natural, conocía a Dios por una cereza metafísica absoluta. Dios el centro natural de referencia para su existencia (teocentrismo)La existencia fuera de Dios no tenia razón, valor, ni sentido alguno. Imposible un humanismo sin Dios.
Teocratismo, era la  expresión  socio-política del teocentrismo constitutivo. Dios como fuente natural de la autoridad civil y el principio organizativo de la sociedad y de su orden político. En general, podemos decir que la imagen de la materia, del cosmos, de la vida y del hombre, estuvo durante siglos determinada por la imagen filosófica de la filosofía griega.
El enfoque general de este paradigma ha permanecido durante siglo y hoy sigue siendo un punto de referencia del que no se quiere  de hecho prescindir.
Hasta fines de la edad media el paradigma greco-romano  era aceptado pacíficamente. Con la modernidad  se mantuvo el mismo paradigma ,siglos XVII al XIX. A partir del Juan XXIII y el Vaticano II las aguas comenzaron a moverse. En realidad poco cambio, pero se impuso la conciencia de que había que cambiar y la fe cristiana debía hacerse inteligible y explicarse dentro de los nuevos tiempos.
Se propicio  una proclamación  puramente kerigmática, prescindiera de la hermenéutica clásica greco-romana. E de la fe desde la misma fe) Con Juan Pablo II se volvió a favorecer la hermenéutica antigua.
 Temas como el evolucionismos o la valoración matizada del laicismo indicaban que de nuevo había espacio para el cambio. Pero el paradigma vigente sigue siendo el mismo, aunque no se confíe en el. Se sigue  exponiendo el kerigma con fuerza. Pero el gran problema es que se habla del kerigma sin mostrar la armonía con el logos de la naturaleza, que es hoy, en nuestra cultura, el logos de la modernidad.

La historia  fuerza un cambio de paradigma: el nuevo paradigma
Un  cambio en la manera de entender qué significa ser cristiano y un cambio en la manera de entender la vida religiosa. No se trata de algo meramente especulativo , es una exigencia moral de la conciencia cristiana.
¿Por qué la Iglesia ha encontrado tantas dificultades para  tratar de armonizar la nueva imagen del mundo, con una hermenéutica apropiada para transmitir el mensaje cristiano?
Una explicación ,pudiera ser que la modernidad produjo una idea del universo que orientó la ciencia hacia un determinismo mecanicista (reduccionismo) y la filosofía, fundada en la ciencia , hacia el ateísmo. El enfrentamiento entre un teísmo dogmatico y el ateísmo naciente igualmente dogmatico, fue el clima de enfrentamiento. La emancipación progresiva de la tutela de la Iglesia sobre la sociedad civil, fue el caldo de cultivo para un clericalismo que reaccionaba a un clericalismo implacable que había durado por siglos. Aislamiento de la Iglesia, centrada en el kerigma sin el respaldo de una hermenéutica que lo insertara armónicamente e n el logos de la modernidad.
Una imagen científico- filosófica y atea y una sociedad al margen de la fe  y radicalmente anticlerical fue imposible el dialogo y el encuentro desde una Iglesia por su parte a la defensiva y sin alternativa para enfrentar el reto de la nueva cultura.
La propuesta es  reconocer que están dadas las condiciones para una alternativa al paradigma antiguo comienzan a vislumbrarse.
Como hemos llegado ha este nuevo clima de acercamiento. La madurez de la ciencia ( y filosofía)que ya no están vinculadas  necesariamente  al reduccionismo sino a una nueva visión holística del universo, mucho más cercana a la idea de Dios. La sociedad civil por su parte, en medio de grandes tensiones y cuestionamientos , está más abierta  a integrar el hecho religioso y las religiones. Podríamos añadir que una tercera razón para entender  el nuevo clima, es la conciencia creciente  de la necesidad de cambio en el mundo religioso. Se percibe que el momento de hallar un nuevo paradigma que permita reinstalar el cristianismo  en la cultura de la modernidad.
Un cambio valiente  que nos permita entender  el kerigma cristiano en la cultura actual, basta de quedar paralizados y refugiado en el siempre hemos pesado así (paradigma antiguo).

El paradigma de la modernidad
Lo primero afrontado el cambio hermenéutico con humildad , lealtad y apertura que pueda hacer entendible el kerigma cristiano.
“ La apertura de la Iglesia a entender que la imagen de la materia, del universo, de la vida, del hombre y de la historia, que ha tomado forma en  la modernidad, representa una ocasión histórica para entender como ha sido creado el universo por Dios y, en consecuencia, para entender con mayor profundidad la armonía entre la Voz de Dios de la Revelación en Cristo y la Voz del Dios de la Creación.
Para el cristianismo, abrirse a la modernidad no es ceder, darse por vencido, renunciar a algo que no podemos renunciar, sino que, al contrario, es seguir la exigencia moral de la conciencia cristiana que se ilumina por el mejor conocimiento del universo (La voz de Dios de la Creación) para conocer  con más profundidad el Misterio de Cristo (La Voz de Dios de la Revelación).
El nuevo paradigma cristiano podrá superar el teocentrismo antiguo y teocratismo (socio-político) consecuente. Dios no ha querido una patencia (sic)  impositiva de la verdad, vivimos en un universo enigmático porque ha si ha querido crearlo. La incertidumbre es nuestro ámbito existencial.
El silencio de Dios ante el conocimiento y el sufrimiento encuentra un lugar más plausible en este contexto. Toda posible religiosidad natural o en las religiones sociales  esta mediada por un logos, un sentido, inevitable: Aceptar un Dios oculto y liberador, a pesar de su lejanía y silencio.
Este dramatismo metafísico (inoculado) en la incertidumbre de un  universo enigmático estará siempre presente.     
La revelación en el cristianismo del eterno designio de la creación, dada en la palabras y en lo hechos de Jesús, es extraordinariamente armónica con nuestra idea  del universo, de la materia, de la vida, del hombre y de la historia, en la modernidad. Esto nos facilita ver en una misma mirada la Creación y la Revelación .
El Dios trinitario  decide  emprender la creación de un universo para un hombre libre que pueda aceptar, o rechazar, la oferta de amistad divina. Dios crea un universo en que no impone su presencia y el hombre debe construir su existencia libre hacia Dios (la santidad) o hacia el rechazo de Dios (el pecado)
El misterio de iniquidad, Dios no es indiferente este universo de pecado y sufrimiento. El misterio de la cruz de Cristo manifiesta la voluntad solidaria de la Trinidad para la Redención, por de este misterio de cruz y resurrección se anticipa la manifestación escatológica de Dios en su Gloria que producirá unos Cielos Nuevos y una Tierra Nueva para acoger la liberación final del hombre y de la historia.
El Dios oculto y liberador, no totalmente ajeno ni extraño al paradigma de la modernidad, permite proclamar la esencia  del cristianismo representada en el misterio de Cristo y predicado en el Kerigma con una armonía que supera la estridencia actual, del paradigma antiguo del cristianismo.

Desde una mirada y praxis cristina coherente
El diseño divino en la creación busca inclinar la voluntad libre del hombre a la conversión de su existencia hacia la fe en un Dios oculto y liberador, hacia la esperanza de la liberación con que ese Dios en correspondencia con el proyecto creído de benevolencia divina, manifestado en la creación.
Todo hombre religioso, y el cristiano, mantienen los valores de su naturaleza humana: el amor, la familia, los hijos, la amistad, las relaciones sociales, el trabajo y el esfuerzo por crear un patrimonio, el dominio sobre el mundo, la creatividad, la belleza, el disfrute de la naturaleza y de las oportunidades que ofrece, la fraternidad humana y el esfuerzo por la justicia, la exigencia natural de atender a los pobres, débiles, enfermos y necesitados, etc.
El mundo es recibido como don y tarea pero no es aceptado como dueño y Señor, es referido al Creador, el único Señor.
Siempre ha habido hombres que han sentido  que esto no es definitivo  porque la vida está orientada a unos cielos Nuevos y una tierra Nueva, esperando la presencia de un Dios oculto y liberador,  que ha salvado la historia.
Y sin detenernos en diferentes modos en que se ha expresado y vivido esta esperanza siempre a prevalecido la búsqueda de armonía con la realidad desde la espera entrachable de la meta.
Pero nunca ha estado, tan poco ausente, que esta llamada interior , de esta afirmación de que la idea de Dios  es armónica  y congruente con la realidad está acompañada por acción extraordinaria del Espíritu.
Esto posibilita un horizonte de sentido donde la vida  enel mundo se entiende entonces como búsqueda de Dios y como Misión a realizar bajo el amparo de la fuerza del Espíritu.
Con el inicio de la modernidad esta idea de que Dios representaba la armonía esencial del universo se resquebrajó: la indiferencia religiosa, la agresividad contra la religión dominante, el gnosticismo, el ateísmo, fueron algunas razones. El paradigma antiguo (greco- romano) entro en una contradicción grave con el paradigma de la modernidad (científico-mecanicista)  
La voz del Espíritu y la misión transformadora se hicieron marginales y sospechosas. Pero es verdad que la debilidad de nuestra condición humana es sostenida por la fuerza divina y el kerigma ha permanecido intacto aun  con el lastre de no encontrar el logos apropiado para dar razones de esa fe.

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Conclusión
Comenzábamos diciendo que por fin “nos estamos dando cuenta de que algo debe cambiar” y no es algo trivial. Y decíamos también que no es fácil dar entendimiento a quien no tiene actitud, pero hemos intentado motivarnos para que crezca nuestra capacidad de vencer la pereza e inercia y aventurarse a escuchar la llamada del Espíritu que renueva todas las cosas. Otro punto, ya más difícil, será entender y vivir en coherencia este nuevo paradigma cristiano que tanto necesitamos.


viernes, marzo 01, 2019

Los jóvenes , la fe y el discernimiento, Sínodo 2018


Para leer el documento Final del Sínodo 2018

Presentación

No olvidarnos de título completo de este Sínodo 2018: Los jóvenes, la fe, y el discernimiento vocacional.                   
No es fácil asimilar las propuestas y contenido de estos sínodos, por ello su reflexión es la puerta abierta que nos permite transitar hacia una pastoral juvenil eclesial.
 Este documento no es solo un documento, quiere ser ejemplo de un modo de ser y trabajar. “Quisiera decir que el primer fruto de esta Asamblea sinodal debe estar precisamente en el ejemplo del método que se ha intentado seguir desde la fase preparatoria. Un estilo sinodal que no tiene como objetivo principal la elaboración de un documento, aunque sea precioso y útil. Más importante que el documento es, sin embargo, que se difunda un modo de ser y de trabajar juntos jóvenes y ancianos, en la escucha y en el discernimiento para llegar a elecciones pastorales que respondan a la realidad” (Francisco, Ángelus 28 de noviembre).

Es un proceso
Una característica importante en este modo de ser y trabajar juntos que se ha ensayado en el Sínodo es dar importancia a los procesos. “Darle prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que ocupar espacios” (EG 223).
En esta lógica se entiende que el término Sínodo se utilice para referirse a todo el proceso sinodal en su conjunto y no solo a la Asamblea General celebrada del 3 al 28 de octubre de 2018 (Cfr. DF 4).
Un proceso espiritual. No se trata pues de crear una nueva Iglesia para los jóvenes, sino más bien de volver a descubrir con ellos la juventud de Iglesia, abriéndonos a la gracia de un nuevo Pentecostés” (DF 60).
Discernimiento. Creemos que el discernimiento ha venido para quedarse y, por ello, vemos urgente incorporar el discernimiento a nuestra manera de hacer en la pastoral juvenil. “una actitud interior que tiene su raíz en un acto de fe. El discernimiento es el método y a la vez el objetivo que nos proponemos: se funda en la convicción de que Dios está actuando en la historia del mundo, en los acontecimientos de la vida, en las personas que encuentro y que me hablan”. Papa Francisco.
“Es preciso esclarecer aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios. Esto implica no sólo reconocer e interpretar las mociones del buen espíritu y del malo, sino —y aquí radica lo decisivo— elegir las del buen espíritu y rechazar las del malo” (EG 51).

1.      La primera parte  Reconocer: escuchar y ver a los jóvenes con simpatía

Caminaba con ellos (Lc 24, 13-15) Caminar con los jóvenes, escuchar y sintonizar o empalizar con ellos, no es una cuestión táctica, es la pedagogía de Jesús cuando se acercaba a los discípulos.       El ambiente digital, las migraciones, y los abusos (de poder, económico, de conciencia, sexuales). Dos claves para  hacer ver qué significa ser joven hoy desde dos claves: la identidad y las relaciones.
·         El mundo digital es como la atmósfera en la que el joven vive: su mundo. Es algo más técnico y pasajero, es algo que afecta la noción del tiempo, espacio, sentido de la vida, percepción de sí mismo, al sentido crítico, al modo de aprender , el poder de la imagen, esto afecta profundamente el ser y percibirse de la persona.
·         Los inmigrantes son un paradigma que ilumina nuestro tiempo por su magnitud y por su sentido de desarraigo.
·         Reconocer y reaccionar ante todo tipo de abusos. La verdad  es una realidad que hay que volver a recuperar  y valorar.
·         En varios capítulos se abordan los temas de las relaciones con: familia, propio cuerpo, la vulnerabilidad y precariedad de las relaciones. También se reflexiona sombre el modo de ser del joven, concluyendo de esta manera. “Entre las expectativas de los jóvenes destaca en particular el deseo de que en la Iglesia se adopte un estilo de diálogo menos paternalista y más franco” (n°57).
·          Entre los rasgos específicos más evidentes de la cultura de los jóvenes se ha señalado la preferencia que se concede a la imagen respecto a otros lenguajes comunicativos, la importancia de las sensaciones y emociones como medios para acercarse a la realidad y la prioridad de la concreción y la operatividad frente al análisis teórico. Revisten gran importancia las relaciones de amistad y pertenencia a grupos de coetáneos, que se cultivan también gracias a las redes sociales. Los jóvenes generalmente muestran una apertura espontánea ante la diversidad, que los hace estar atentos a temáticas como la paz, la inclusión y el diálogo entre culturas y religiones. Numerosas experiencias de tantos lugares del mundo testimonian que los jóvenes saben ser pioneros de encuentro y diálogo intercultural e interreligioso, en la perspectiva de la convivencia pacífica” (DF 45).


2.       La segunda parte Interpretar: dejarse guiar por el Espíritu Santo.        Se les abrieron los ojos (Lc 24,27-31) El sínodo se propone  hacer una interpretación desde la fe y la realidad de los que viven del Espíritu, un nuevo Pentecostés.(DF 59)

·         Desde una antropología de la juventud para llegar a ser adultos en la vida y en la fe. una antropología de la juventud asentada en la fe y en la libertad.  Se fija de una manera especial en la libertad  como respuesta y responsabilidad . una antropología del don frente a otras propuestas antropológicas centradas exclusivamente en el yo.
·         Se detienen en el misterio de la vocación. Como rasgo fundamental para entender al ser humano.La vocación es reconocida en este documento como el misterio de la llamada de Dios para una alianza de amor en la vida.
·         Ve a la Iglesia como casa  del acompañamiento y ambiente de discernimiento. como una de las misiones fundamentales de la Iglesia, que es llamada “casa del acompañamiento”. “El acompañamiento en el crecimiento humano y cristiano hacia la vida adulta es una de las formas con las que la comunidad se muestra capaz de renovarse y renovar al mundo” (DF 92).

3.      Tercera parte. Elegir: caminar, salir y formarse juntos

En seguida se pusieron en camino (Lc 24,32-35).  El Sínodo habla de la necesidad de elegir caminos de resurrección que conduce al anuncio y a la misión (Cfr. DF 115). El documento se inspira en María Magdalena, la apóstol entre los apóstoles, quien busca porque ama y encuentra porque es amada. Sinodalidad de la Iglesia que sale a la misión
·         Encontrar estructuras coherentes con la misión. Enfrentar con coraje los desafíos. Cuatro grandes núcleos: la sinodalidad como elemento constitutivo de la Iglesia, la misión como llamada, la vida cotidiana como horizonte y la formación como estrategia fundamental.
·         Una  invitación a la formación para todos. “No se trata, pues, solo de hacer algo por ellos, sino de vivir en comunión con ellos, creciendo juntos en la comprensión del Evangelio y en la búsqueda de formas más auténticos para vivirlo y testimoniarlo. La participación responsable de los jóvenes en la vida de la Iglesia no es opcional, sino una exigencia de la vida bautismal y un elemento indispensable para la vida de toda comunidad” (DF 116).

El Sínodo ha traído un aire de esperanza.
Una experiencia única de comunión y de alegría. El mismo papa Francisco utilizo palabras de esperanza en la apertura del Sínodo: “Ungidos en la esperanza comenzamos un nuevo encuentro eclesial capaz de ensanchar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras que hoy nos paralizan, nos apartan y alejan de nuestros jóvenes, dejándolos a la intemperie y huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga, de un horizonte de sentido y de vida”.

Jóvenes en el Documento
Los describe como:
-  capaces  de tomar decisiones
- capaces de soñar cosas grandes
- Están habitados por el Espíritu Santo
- Están llamados a ser  protagonistas en todo
- Son capaces de comprometerse en una acción pastoral
- Son profecía y reto para las comunidades cristianas y para el mundo
-  Son necesarios dentro de la Iglesia para promover cambios
- Son vulnerables y débiles en muchos casos y acosado por un ambiente difuso
- En todo joven, también en el más deteriorado, hay siempre una  puerta abierta al bien
-  No pueden ser considerados solo como destinatarios cde la acción pastoral, sino como compañeros de camino.


Más que un documento
Se insiste en el mismo documento que hay superar la actitud de simple curiosidad frente al documento
No olvidar que el Sínodo es una experiencia de Iglesia
Recordar que el Espíritu trabaja en el sínodo, en la Iglesia.
ES más que un documento, El Espíritu nos lo da para que lo trabajemos en nuestro corazón.
Oración, estudio, pedir luz  .

Un final
Una Iglesia sinodal. Participativa y con dialogo. Escucha, la acogida, el diálogo, el discernimiento común, un camino que transforme la vida de quien forma parte de ella. (n°122)
Itinerario de reflexión. Caminar  con…Acercarse y escuchar. Acompañar…ayudar a abrir lo ojos, aceptar ser libres, a discernir a propia identidad y vocación. Protagonizar procesos, reconocer los signos del amor de Dios.
Unos núcleos de concentración de la reflexión y de la acción. No buscar lo práctico del “todo hecho”, se trata de pasar del “esto es lo que hay que hacer”, presentado desde  arriba, a “¿qué es lo que tenemos que hacer?” ¿Qué respuesta exige este problema? Busquemos juntos.

Aplicaciones prácticas

      Cuatro hilos para la pastoral juvenil del futuro

 1.- La senda del caminar juntos
Un estilo especifico la Sinodalidad: “caracteriza tanto la vida como la misión de la Iglesia, que es el Pueblo de Dios formado por jóvenes y ancianos, hombres y mujeres de todas las culturas y horizontes, y el Cuerpo de Cristo, en el que somos miembros los unos de los otros, empezando por los marginados y pisoteados” (DF, 121). Se como la clave para el futuro próximo en la Iglesia.
Es claro que una Iglesia sinodal pide la participación y colaboración de todos. Nadie debe ser puesto al margen y nadie puede mantenerse al margen. Nos necesitamos todos. Todos somos importantes. Los jóvenes nos lo han recordado.
La pastoral juvenil debe concretar como ejercita la sinodalidad. Por una parte, la sinodalidad pide implicar a los jóvenes en todos los procesos pastorales. Solemos decir que ya no es suficiente una “pastoral para jóvenes” ni tampoco una “pastoral de jóvenes”, sino que el horizonte es una “pastoral con jóvenes”.

2.- El foco de una pastoral juvenil en clave vocacional
“En el camino sinodal ha surgido la necesidad de cualificar vocacionalmente la pastoral juvenil, considerando a todos los jóvenes como destinatarios de la pastoral vocacional. Asimismo, se ha resaltado la necesidad de desarrollar procesos pastorales completos, que desde la infancia conduzcan a la vida adulta y entren en la comunidad cristiana” (DF 16).
Cuando hablamos de vocación estamos hablando de la persona en su más radical esencia. La vocación es un misterio que se recorre en un largo camino. Alrededor de la vocación se integran todas las dimensiones de la persona. “Por lo tanto, es muy importante explicar que, solo en la dimensión vocacional, toda la pastoral puede encontrar un principio unificador, porque en ella descubre su origen y su cumplimiento” (DF 139). De esta manera podemos hablar de la necesidad de una pastoral juvenil en clave vocacional.
Toda vocación pide “la escucha y el reconocimiento de la iniciativa divina, una experiencia personal, una comprensión progresiva, un acompañamiento paciente y respetuoso del misterio en curso, un destino comunitario” (DF 77). La necesidad de una pastoral juvenil relacional

3.- Debemos pasar de las estructuras a las relaciones.
Un argumento importante en el Sínodo ha sido la importancia de las relaciones. “En las relaciones -con Cristo, con los demás, en la comunidad- es donde se transmite la fe. También con vistas a la misión, la Iglesia está llamada a asumir un rostro relacional que ponga en el centro la escucha, la acogida, el diálogo, el discernimiento común, en un camino que transforme la vida de quien forma parte de ella” (DF 122).
Es tal la importancia que el Sínodo ha dado a las relaciones que afirma que “no basta, pues, con tener estructuras, si no se desarrollan en ellas relaciones auténticas; es la calidad de estas relaciones, de hecho, la que evangeliza” (DF 129). En este sentido se puede concluir que solo una pastoral juvenil capaz de renovarse a partir del cuidado de las relaciones y de la calidad de la comunidad cristiana será significativa y atractiva para los jóvenes.

 4.- El horizonte de la implicación en proyectos de misión
El documento propone un horizonte con proyectos de misión. Una de las propuesta que se hace es la de acostumbrarse a trabajar en proyectos de misión. Esto evita que nuestra pastoral sea una pastoral de mantenimiento.
En concreto, destacamos un proyecto que pide ofrecer un tiempo destinado a la maduración de la vida cristiana adulta. “Se trata de una experiencia de vida fraterna compartida con educadores adultos que sea esencial, sobria y respetuosa de la casa común; una propuesta apostólica vigorosa y significativa que se viva conjuntamente; y una propuesta de espiritualidad radicada en la oración y en la vida sacramental”

Procesos para la Escuela inspirados en el Documento sinodal

El DF reconoce la contribución fundamental que la escuela hace a la sociedad con la formación integral de jóvenes. La Iglesia une la obra educativa y de promoción humana con el testimonio y el anuncio del Evangelio. Inspirada en el diálogo intercultural e interreligioso, la acción educativa de la Iglesia es apreciada incluso por los no cristianos como una forma de auténtica promoción humana. (Cfr. DF 15).
“Las instituciones educativas católicas, que expresan la solicitud de la Iglesia por la formación integral de jóvenes, merecen una consideración especial. Son espacios valiosos para el encuentro del Evangelio con la cultura de un pueblo y para desarrollar la investigación. Están llamadas a proponer un modelo de formación que sea capaz de poner en diálogo la fe con las preguntas del mundo contemporáneo, con las diferentes perspectivas antropológicas, con los desafíos de la ciencia y la tecnología, con los cambios en los hábitos sociales y con el compromiso por la justicia” (DF 158).
Es cierto que el documento sinodal no es un documento específico sobre pastoral en la escuela. Sin embargo, sí podemos extraer, sin traicionar el espíritu del documento, algunos procesos que podrían activarse en el marco específico de la escuela.

A)  La EC en actitud de discernimiento
El discernimiento es una de las palabras clave del sínodo. Nosotros la referimos ahora a las mismas comunidades educativas y a nuestras instituciones educativas.
Para la Iglesia es especialmente importante en este momento de cambio cultural profundo, una presencia significativa en el campo educativo. Si el momento es de cambio, la escuela debe recrearse y cambiar para dar una respuesta adecuada y significativa a los jóvenes y a la misma sociedad, que haga posible el diálogo entre la fe y las preguntas del mundo de hoy, sabiendo de las diversas prospectivas antropológicas, de los retos que provienen de la ciencia y la tecnología, y de la necesidad de acoger e integrar la diversidad cultural de los migrantes. Es preciso una Escuela Católica en permanente proceso de adaptación y significación.

B) La EC como espacio de encuentro e Integración
La Iglesia ha recogido el sentir de muchos jóvenes durante todo el proceso sinodal. Ha sentido la demanda de escuchar a los jóvenes, como actitud permanente. Los jóvenes, por su parte, ven necesaria una Iglesia que brille por la autenticidad, la competencia, la corresponsabilidad y la solidaridad cultural, desde un estilo de diálogo no paternalista, sino abierto y franco.

C.- La EC se ve reflejada en esta demanda, como espacio para la acogida de una pluralidad de perfiles de jóvenes y familias que nos demandan atención. Podemos sentirnos interpelados ante el reto de la increencia, la búsqueda de la identidad personal y la pertenencia; así como ante el reto de la emigración y la necesidad de acoger desde el respeto y de integrar la diversidad cultural y religiosa de todos ellos.

D.- Una Pastoral de procesos
El sínodo reconoce la importancia de los procesos, como una forma de “ocupar el tiempo” y no tanto de “controlar los espacios”. Los procesos con jóvenes deben llevar la impronta de la sinodalidad y la corresponsabilidad. Es decir, no se puede hacer pastoral para los jóvenes, sin los jóvenes. La implicación lleva el escucharles y el acompañarles en sus búsquedas, que en último término siempre son búsquedas vocacionales.

E.- Vocacional
El documento sinodal hace referencia a la necesidad de acompañar dicha opción vocacional, desde la educación de la conciencia, que conlleva necesariamente saber educar la libertad personal. Hablar de conciencia y libertad es poner el acento en el ámbito de la persona y dotarles de medios para su progresiva capacitación. Un aspecto particular, pero no menos importante, es la mención que se hace para una palabra clara, libre y auténtica en el campo de la educación a la afectividad y a la sexualidad (149-150).

F.- El Kerigma como orientación en los procesos educativos
El anuncio de Jesús, muerto y resucitado es la vocación fundamental de la comunidad cristiana. Parte de este anuncio es la invitación a los jóvenes a reconocer en su vida los signos del amor de Dios y a descubrir la comunidad como el lugar de encuentro con Cristo”. Así se expresa el documento sinodal en su capitulo 2, y desde aquí invita a ofrecer itinerarios que sepan integrar el conocimiento de Jesucristo con la lectura de la propia experiencia personal.
La EC no puede renunciar a presentar de manera viva a Jesucristo, el Señor, a través de procesos significativos en sus lenguajes y metodologías, sin perder de vista lo esencial, que es el encuentro con Jesucristo, resucitado.
Resulta interesante la indicación que se formula para hacer a los jóvenes protagonistas –diríamos “discípulos-misioneros”- al servicio de otros jóvenes, reconociendo su capacidad y cualificando este ministerio dentro de la comunidad cristiana.

G.- El Estilo comunitario de nuestra EC
Las relaciones crean comunidad educativa. La demandada necesidad de sinodalidad en el documento se vuelve concreta en nuestras Escuelas si la traducimos como creciente corresponsabilidad, que va más allá de la mera delegación de tareas y funciones. Así lo expresa el documento: “Hagamos que nuestra vida ordinaria, en todas sus expresiones sea más accesible. La vecindad afectiva, la condivisión de espacios y de actividades crean las condiciones para una comunicación auténtica” (DF 130).
La vertebración de comunidades educativas auténticas, con hondas raíces en el evangelio, recibe un espaldarazo importante para seguir empeñándonos en ello.

Pilares educativos del papa Francisco

Para el papa Francisco la educación es una de las fronteras de la misión de la Iglesia y mediante la educación se busca: “transmitir conocimientos, transmitir modos de hacer, transmitir valores. A través de ellos se transmite la fe. El educador debe estar a la altura de las personas que educa, de interrogarse cómo anunciar a Jesucristo a una generación que cambia”. En este sentido, en EG Francisco aboga por “una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores” (EG 65).
Presentamos algunos de los pilares de la educación según el papa Francisco:
- Educar es dar vida
- Educar es vivir una fecundidad generativa y familiar
- Educar es integrar
- Educar es acoger y celebrar la diversidad
- Educar es afrontar el cambio antropológico
- Educar es habituarse a una pedagogía de la pregunta
- Educar es tener la inquietud como motor educativo
- Educar es no abusar de los límites

Parroquia y catequesis

Conceptos a destacar:
ü  Catequesis en el renovado clima  Kerigmático
ü  Parroquia y vida parroquial como el “seno materno”  en el que de verdad puede ser entendido este dúo catequesis y kerigma.
ü  También muy relacionado con la “centralidad de la liturgia” que es el lugar  de transmisión de la fe y de formación a la misión (n.134)

Caminar juntos en a la cotidianidad. Es en esta realidad tan básica de de encuentro y camino que se encuadra la reflexión sobre la parroquia; es lo que se llama una estructura eclesial de relaciones.
Hablar de relación es supera la fría estructura,  la parroquia es concebida como  comunidad generativa, un ambiente desde el que se irradia la misión hacia los últimos. (n°129)
Definitivamente algo está cambiando en la manera de acercarnos a la catequesis en la vida de la parroquia. 
El  primer y principal instrumento  de acción misionera y de catequesis no es el libro, sino: La cercanía efectiva, el compartir espacios y actividades, crean las condiciones para una comunicación auténtica, libre de prejuicios”. (n°130)

Un punto inquietante es que el sínodo habla de la vida parroquial en un sentido que no se queda en las actividades y servicios, en la rutina del culto, habla de “Una Iglesia sinodal y misionera que se manifiesta a través de la comunidades locales formadas por muchos rostros”. Y continua “Armonía, que es un don del Espíritu, no elimina las deficiencias, sino que las une generando una sinfonía sinfónica. Este encuentro en la única fe entre personas diferentes constituye la condición fundamental para la renovación pastoral de nuestras comunidades. Y esto repercute en el anuncio, la celebración y el servicio, es decir, en las aéreas fundamentales de la pastoral ordinaria”. (n°131)

Claramente el documento nos ilustra que Kerigma y catequesis no son dos elementos que se siguen. El kerigma permanece siempre  (EG 164) Mas claro: “Cuando a este primer anuncio se le llama ‘primero’, eso no significa  que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza con otros contenidos que lo superan.

La centralidad de la liturgia eucarística, presentada como generadora de la vida comunitaria, lugar de transmisión de la fe y de formación a la misión, quiere resaltar la obra de la gracia y sólo por las obras de sus manos, y concluye con una advertencia fundamental:”la liturgia no es puramente expresión de sí misma, sino una acción de Cristo y de la Iglesia. “(n°134)

En el trabajo pastoral se encarece a las comunidades cristianas dedicadas a la educación de los jóvenes un esfuerzo renovado por ofrecerles una experiencia significativa de acompañamiento desde tres ejes: la experiencia de vida fraterna compartida con educadores y adultos, una propuesta apostólica fuerte y significativa que dé sentido al vivir juntos, y una oferta de espiritualidad radicada en la oración y la vida sacramental.
Un último apunte acerca de los espacios “ad extra” o de periferia, entendiendo que ninguna comunidad cristiana lo es solo de “puertas adentro”; sino que se entiende desde la singular expresión del Papa Francisco de salida a las “periferias”. El documento sitúa a la comunidad cristiana en el territorio, y la apertura al tejido social y el encuentro con las instituciones civiles. Solo una comunidad educativa unida y plural puede llevar la luz del Evangelio en los ámbitos de la vida social que hoy nos desafían: la cuestión ecológica, el trabajo, el soporte a las familias, la marginación, el compromiso por la paz y la justicia, el pluralismo cultural y religioso o el ambiente digital. (N.132)


viernes, febrero 01, 2019

La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época.


Te invito
Quiero invitarte a leer poco a poco este resumen del folleto
"La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época"
Nuevas perspectivas para la catequesis en América Latina y el Caribe.
Elaborado por el Consejo Episcopal Latinoamericano
Departamento  de Misión y Espiritualidad.
Sería muy importante compartir esta lectura con otros catequistas o agentes pastorales, pues este tema es de toda la Iglesia y afecta a toda la Comunidad.
En la Ánimo 


Nuevas perspectivas para la Catequesis en América Latina y el Caribe. Consejo episcopal latinoamericano, Departamento de Misión y Espiritualidad. Una síntesis divulgativ

Sumario 

Presentación 
Invitación

I. Una mirada de fe sobre nuestro tiempo a través de la visión del camino postconciliar de la catequesis en América Latina y el Caribe.
II. Algunos criterios de iluminación, tomando en cuenta el cambio epocal y el nuevo paradigma de la catequesis que surge.
III. Nuevos horizontes para la Catequesis. Con gran ilusión nacida del Espíritu y de la gran familia catequística de toda la Iglesia que se inquieta y se compromete.



Presentación 

En el Documento de la Aparecida (DA), n° 14. “Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría|, el don del encuentro con Jesús.”
El Papa Francisco en su Exhortación apostólica Alegría del Evangelio, nos invita a afrontar este mismo reto.


I. Vamos a presentar el camino que ha recorrido la catequesis en AL. Tendremos en cuenta las reflexiones y aportes del equipo de asesores del área de catequesis del Departamento de Misión y Espiritualidad del CELAM.
II. Se parte, sin vacilaciones, de un nuevo paradigma: la catequesis es ante todo un proceso de iniciación a la vida cristiana, que busca integrar todas las dimensiones de la persona, teniendo como fuente de inspiración el catecumenado de los primeros siglos. En este nuevo paradigma, el kerigma es hilo conductor de todo el proceso catequético que tiene como finalidad principal llevar a la persona al encuentro con Jesucristo vivo. Esto se refleja en un nuevo talante, misionero; un nuevo catequista, también su formación, comunicador, acompañante; y exige una comunidad cristiana que juegue un papel importante en el proceso de fe.
III. Hacia una Iglesia que opta por una comunidad catequizadora en “salida misionera” y dispuesta a la conversión pastoral; hacia una catequesis que opta por una catequesis al servicio de la iniciación a la vida cristiana; con unos catequistas fundamentalmente testigos, comunicadores, acompañantes y mistagogos.






Recibe estas reflexiones y aportes con la serenidad de quien  se sabe comprometido en una Misión compartida que necesita la reflexión, el aporte y la ilusión de muchos. Fundamentalmente  desde una mirada de fe  sobre nuestro tiempo. Nos gusta hablar de un cambio de época, creemos que asís es. Ciertamente ha existido y existe una crisis de la transmisión de la fe. Las ideas expresadas en el documento, de carácter desafiante y provocativo, nos ayudarán a revisar nuestras prácticas  catequísticas en nuestras iglesias locales.
Sin olvidar que vivimos un cambio de paradigma catequético que nos reta a buscar y discernir nuevas formas de acompañar el camino de la fe. Asumir este nuevo paradigma catequético, necesariamente nos exige  pasar por un proceso de conversión personal, pastoral y misionera.

Entre los criterios de iluminación que acoge el documento se  toman en cuenta el nuevo paradigma como  una de las grandes conversiones pastorales de la Iglesia. Con una renovada formación de los catequistas.
No se trata solo de fijar criterios sino que deben ser confrontados con las prácticas catequísticas de las comunidades locales. Esencialmente se trata de descubrir los desafíos que este nuevo paradigma  provoca a nuestro quehacer cotidiano.
Así surgen los nuevos horizontes para la catequesis, ante un futuro que viene cargado de esperanza, sin olvidar que toda renovación implica tiempo y paciencia.
- Una  iglesia que opta por una comunidad  catequizadora en “salida misionera” y dispuesta a la conversión pastoral.
- Con una catequesis al servicio de la iniciación a la vida cristiana.
- con una decisión de asumir la catequesis de iniciación a la vida cristina  prioritariamente con adultos.
- Con un catequista  testigo, comunicador, acompañante  y mistagogo.
Los participantes del Encuentro Latinoamericano y Caribeño de conmistiones episcopales concluyen  su motivación diciendo: “… no es un sueño o mero ideal, ya que a través de algunas experiencias hemos visto que es posible recorrer este camino”.
Emprendamos con decisión, valentía y creatividad, el camino de una catequesis en línea catecumenal formando con alegría a nuevos discípulos misioneros. Con la ayuda de Dios y de Maria continuemos  la renovación de nuestra tarea catequística.

Una mirada de fe sobre nuestro tiempo (Contemplar)


I.1 El camino postconciliar de la catequesis en América Latina y el Caribe
I.2  El desafío de anunciar la Buena noticia  en un cambio de época.
I.3 Llamadas a superar la crisis de la transmisión de la fe.
1.4 La conversión pastoral es condición para la misión continental
Mirar la realidad como agentes de la Buena Noticia, llamados a discernir los signos de los tiempos con la ayuda del Espíritu Santo.
La Catequesis  ha ocupado un lugar destacado en nuestra historia (Iglesia LA.)  a partir del Concilio Vaticano II, la reflexión catequética adquirió un gran impulso en nuestro continente.
La Primera (SLAC) semana de Catequesis (1982) Se propuso hacer una lectura  catequética del Documento de Puebla y enfatizo el valor de la comunidad como agente primordial de catequesis. Con tres características específicas: Centrada en la Palabra de Dios, opción por los pobres y comprometida en la formación de sus catequista. También hizo hincapié en la cultura y religiosidad popular, la celebración Litúrgica y formar cristianos comprometidos con la liberación integral.
Líneas comunes de orientación para la catequesis en América Latina de 1986, fue elaborado con la intención de favorecer la puesta en práctica del DCG  teniendo en cuenta  los Documentos de Medellín y Puebla.
Se enfatizó: desde la mirada a la pedagogía de Dios, resaltar la importancia de la comunidad, la formación de catequistas, organización de la catequesis dentro de la pastoral de conjunto y respuesta a los desafíos de la en el propio contexto latinoamericano. 
La segunda de la Catequesis  se tituló “Hacia una catequesis inculturada” realizada en Caracas (1994). Acentuó las dimensiones metodológica, kerigmática, antropológica, social  y solidaria d la catequesis.
Desde una atención  permanente a la realidad concreta, por una conversión personal y comunitaria y el compromiso por la Nueva Evangelización y promoción humana.
El Directorio General para la Catequesis ( DGPC) 1997 un momento de llegada en el movimiento  catequético  que comenzó a finales del siglo XIX, que consideró a la catequesis dentro de la evangelización del mundo de hoy. La catequesis es considerada como un servicio a la Palabra de Dios, el centro de la transmisión de la fe; a dar importancia a la dimensión experiencia y enfatizar la vivencia  comunitaria. Se ´propone la restauración del catecumenado como itinerario para lograr una verdadera iniciación a la vida de fe, superando el énfasis doctrina de las practicas catequísticas de los últimos siglos.
Siguieron encuentros regionales, después de la publicación de “La catequesis en América Latina: orientaciones comunes a la luz del DGPC” 1999,con especial atención al tema del Kerigma e iniciación cristina a la luz del RICA.
La tercera Semana de la Catequesis de Bogotá (2006) como anticipo al encuentro de la Aparecida se tituló “Hacia  un nuevo paradigma de la catequesis”. Temas  como la iniciación cristiana en la formación de discípulos, la formación del catequista discípulo misionero y relación entre iniciación y comunidad cristiana, todo desde una catequesis de inspiración catecumenal.
La conferencia de la Aparecida (2007), reconoce el cambio de época y se empeña en un esfuerzo sostenido hacia una catequesis más evangelizadora, misionera, permanente referida al anuncio de Jesucristo, desde una propuesta de un itinerario experiencial de la fe, catecumenal en su metodología.” La iniciación  a la vida cristiana ha sido  asumida  como modelo y forma habitual de catequesis para todo el Continente y el Caribe.
El rostro  del nuevo paradigma de la catequesis en nuestros día  podemos presentarlo con estos conceptos: encuentro con Jesús, misionaridad, discipulado, conversión, iniciación a la vida cristiana, kerigma, primer anuncio, mistagogía, catecumenado, dimensión litúrgico-celebrativa, orante y simbólica en la transmisión de la fe.
La catequesis afronta nuevos desafíos: “las prácticas que hemos aplicado y los caminos de crecimiento en la fe que hemos recorrido muestran un desgaste con el paso de los años y requieren un nuevo  diseño de evangelización”.
Frente a este cambio de época debemos hacer una lectura crítica y esperanzada de aquellos aspectos que tienen que ver con la transmisión de la fe y encontrar nuevas formas que nos permitan compartir la alegría del encuentro conJesús que nos dice no teman ( Jn 16,33).
Debemos superar una práctica  que ha hecho del acto catequístico un evento social superficial no precedido de conversión, ni conducente a la vivencia comunitaria. Hay que afrontar el reto de testimoniar con nuestra vida que seguir a Jesús en comunidad ciertamente es exigente pero a la vez provoca una verdadera alegría que es duradera superando el relativismo que promueve una felicidad sin Dios.
Otro desafío es el desarraigo que vive  mucha de nuestra gente, para ello debemos favorecer el encuentro con Jesús en todas nuestra comunidades , cualquiera sean las situaciones de la vida. Para ello debemos optar por caminos personalizados que permitan acompañar el crecimiento de la fe y afronten  la fragilidad con que viven muchas personas.(19)
La globalización, el nuevo continente, virtual nos exigen explorar nuevos lenguajes  y ofrecer buenas noticias de Jesús a quienes  atraviesas  estos mundo aun poco explorados, “para acompañar procesos  de iniciación  a la vida cristina de aquellos que se acercan a la fe  desde estos areópagos virtuales” (21).
En una sociedad que genera exclusión e iniquidad es preocupante descubrir en nuestra catequesis un desfase entre los esfuerzos hechos para ofrecer subsidios económicamente accesible , signo de solidaridad y concientización, y por otra parte  los gastos que la familias hacen para la celebración social posterior a la recepción del sacramento.
Que triste cuando “la catequesis se percibe socialmente como una estación de servicio donde el cliente con prisas,busca la mejor oferta, paga y exige una atención inmediata descuidándose la calidad  del proceso de maduración de la fe.”(22)
Frente a la búsqueda de una mejor calidad de vida, a veces se hace a costa de la dimensión religiosa de la vida. La catequesis no ha sido suficientemente capaz de incorporar los aportes de la ciencia y entrar en diálogo crítico  con ella para enriquecer la comprensión de los contenidos del mensaje y del actuar cristiano.
En el campo catequístico  es también un desafío contar con proyectos unificados de largo alcance que sean compartidos por las parroquias, movimientos y escuelas católicas de una misma diócesis  y por las diócesis de una misma provincia eclesiástica, que no sean interrumpidos por la movilidad  y el cambio de los responsables.  En este sentido, aunque se cuenta  con catequistas de amplia  experiencia se adolece de un sano relevo que convoque a nuevas generaciones .(24)
Una cita que debe acompañar la acción y reflexión de todo catequista es que el Padre quiere nuestra vida y la quiere en abundancia.(Jn 10,10)

Un elemento a tener muy presente es que nuestros destinatarios ya no provienen de un mismo contexto católico sino de una variedad de prácticas religiosas vividas en el entorno familiar y social. Nuestra catequesis debe ayudar a que nuestro interlocutor  sepa dar razones adecuadas de porque es cristiano católico y de cuáles son los principios morales que definen su actuar en un mundo secularizado  y éticamente relativizado. Tampoco  hemos logrado crear un sentido de pertenencia a la comunidad ya que, centrados en una sacramentación  fuera de la comunidad, hemos descuidado también la iniciación a otros aspectos que constituyen la vida cristiana.
La burocratización y la inadecuada estructuración de nuestros procesos  se han convertido en muros y no en puertas de acceso a quienes buscan respuestas al sentido de la vida. Ha pasado el tiempo en que la gente acudía a la catequesis. El cambio de época nos exige salir al encuentro de los demás. (26)

En el cambio de época que vivimos, la continuidad  de tradiciones sufre ruptura.
- La parroquia ha dejado de ser el lugar geográfico donde las personas viven su fe.
- La escuela católica no siempre consigue  facilitar el diálogo entre fe y cultura. Y en no pocas ocasiones se ha convertido en alternativa paralela y no complementaria del esfuerzo pastoral parroquial.
- Los movimientos eclesiales han aportado renovación espiritual a muchos cristianos alejados pero corren el riesgo de perder su vinculación a la Iglesia local.
- El núcleo familiar , pluralismo religioso, los padres han delegado la responsabilidad de educar en la fe.
- La misma catequesis pasa por situaciones de insatisfacción. La  catequesis de adultos es insuficiente.
La preparación sacramental como objeto fundamental  de la catequesis se ha constituido en el punto de cierre de la vida cristiana de quien participan en ella. Los intentos  de una catequesis de perseverancia postsacramental no se han consolidado. Quienes no  pueden participar en los sacramentos, en general,   se ven excluidos de toda  forma de educación en la fe.
La metodología  basada en el sistema escolar acarrea, que permite la formación de grupos homogéneos, la labor educativa de los catequista y adquisición de conocimientos, a desdibujados  la necesidad de procesos personales de conversión, la implicación directa de la familia y la vinculación con la comunidad cristiana. Se ha favorecido procesos de evangelización fragmentados, no integrales ni integradores.
La catequesis aparece con frecuencia alejada del acompañamiento personal, desvinculada de las realidades que viven los interlocutores y de la pastoral orgánica.
La formación a los catequistas, cuando la ha habido, tiene un énfasis doctrinal, debilitando  lo pedagógico y espiritual. Los mismos seminaristas no son preparados en la animación y planificación u organización de la catequesis a nivel general.(33)

La Misión Continental se propone generar un proceso de conversión personal, pastoral y misionera que parta del encuentro con Cristo. Llevar a cabo una evangelización (y en ella una catequesis de carácter iniciático) que superando el modelo  histórico de cristiandad  vuelva a la fuente que es  Jesucristo y las primeras comunidades.
 El cambio de paradigma catequético exigirá, buscar nuevas formas de acompañar el camino de la fe, no solo de los que se adhieren  a Cristo como discípulos por primera ves, sino también de aquellos que habiendo este don  en la infancia, no lo han desarrollado en su vida.
Aparecida hace su apuesta por el modelo operativo de iniciación cristiana como manera ordinaria e indispensable parallevara cabo la evangelizacion (DA 294)


II Algunos criterios de iluminación (Discernir)

Aparecida considera la apropiación del nuevo paradigma de la catequesis como una de las grandes conversiones pastorales de nuestra Iglesia.
Siguiendo las orientaciones  del DGC y de la Aparecida el nuevo paradigma consiste en concebir la catequesis como un verdadero proceso de iniciación a la vida cristiana. ( Giro  radical  de central la atención dela catequesis de los nocional-doctrinal a lo personas-vivencial; la Biblia como texto fundamental, la dimensión  comunitaria, gran valor a la persona del catequista y su testimonio de vida, como acompañante; integra a la catequesis en el conjunto de la pastoral )
El a III SLAC en el numero 35 dice textualmente: “La catequesis de iniciación cristina entendida como formadora de discípulos busca ser un itinerario pedagógico que permita aprender a vivir conforme a la fe cristiana. Esta catequesis de proceso busca integrar todas las dimensiones de la persona, atender sus búsquedas y necesidades, avanzando a través de sucesivas etapas del recorrido espiritual, recorrido siempre singular, según las  personas y los grupos”  (III SLC, Cfr. 38)
En este paradigma la catequesis es ubicada en el lugar que ella nació, o sea en el catecumenado. El contexto de catecumenado significa: anuncio de la Palabra, enseñanza , profundización de la fe, ejercicio de vida cristiana, y crecimiento en la fe: oración , celebración litúrgica, los ritos, los escrutinios; mistagógica, introducir en los misterios de la fe a través de la enseñanza  y de las celebraciones. Este proceso no puede ser conducido solo por catequista, se necesita la participación de muchas más personas de la comunidad, todo para llevar a una verdadera formación  de discípulos misioneros.
El nuevo paradigma , tratando de responder a los grandes desafíos que encuentra quien busca a Cristo, favorece el encuentro personal con Jesús en la comunidad.

II 1.1. El catecumenado y la inspiración catecumenal de la catequesis

La catequesis nace dentro del catecumenado como su segunda y más importante etapa o tiempo.
Es a partir de los siglos V-VI que el catecumenado desaparece  como proceso normal de la iniciación cristina. La Catequesis se desenvuelve como una actividad independiente dentro de la Iglesia, reducida casi totalmente a la doctrina. A partir de Trento adquiere nuevo impulso, pues el concilio intenta que una sociedad en régimen de cristiandad sea como “un catecumenado social”.
En el siglo XX la renovación catequética se esfuerza en introducir nuevas dimensiones en la catequesis: bíblica, antropológica, cristocentrica, litúrgica, comunitaria. No podemos convertir al catequista en un superagente  de pastoral.
Frente a una sociedad descristianizada y al pluralismo de hoy, la propuesta de la Iglesia es volver al catecumenado, ese  eficaz proceso iniciático de la Iglesia primitiva. La catequesis no puede ser una actividad independiente  dentro de la Iglesia, el proceso de iniciación  cristiana abarca muchas otras fuerzas de la comunidad: iniciadores, acompañantes, padrinos, apoyo de la familia, y sobre todo: la liturgia, pues en ella  se hace  la verdadera experiencia del misterio de Cristo Jesús.
Se concluye que la verdadera catequesis está al servicio de los procesos de iniciación cristiana. (41)
Con ello se quiere superar  una catequesis meramente  intelectualizada o ritualista como también, una mentalidad de cursos para preparación inmediata  de los sacramentos sin una referencia y participación de la comunidad eclesial, y ofrece el modelo de auténticos procesos de iniciación a la vida cristiana.(42)
Por iniciación a la vida cristiana se entiende  el ´proceso por el cual una persona es introducida en el misterio de Jesucristo y en la vida de la Iglesia a través de la Palabra de Dios y de la mediación sacramental y litúrgica, que va acompañando el cambio de actitudes fundamentales del ser y existir con los demás y con el mundo, en una nueva identidad  como persona cristiana que testimonia el evangelio  inserta en una comunidad eclesial viva y testimonial.
Tener muy presente el RICA que presenta un camino litúrgico –sacramental, con sus etapas dentro de un proceso  catequístico creativo necesario para el crecimiento y maduración de la fe, habilita al sacramento, y tiene como finalidad  profundizar la fe de los  que han aceptado seguir a Jesucristo, y llevarla a la madurez en el seguimientoyen la comunidad eclesial. Los signos litúrgicos, por obra del Espíritu, tocan el corazón y el ser más que las palabras. (44)
Este itinerario se desarrolla en cuatro tiempos o etapas. Entre una etapa y otra  se celebran los ritos de pasaje o grado.
a) Precatecumenado: Es tiempo de testimonio, dialogo, de búsqueda y anuncio explicito de la persona de Cristo. No tiene una duración definida. Durante esta etapa tiene lugar el primer anuncio, y, en el momento adecuado, será proclamado el kerigma. Los que reciben el kerigma sienten la llamada a la conversión y la fe por el primer encuentro con Jesús vivo. Al finalizar esta etapa se verifica la idoneidad y el deseo del candidato de comenzar elvitinerario comenzado. Se celebra el primer paso: ingreso al catecumenado,  signación y entrega de los evangelios.
b) Catecumenado. Tiempo dedicado a la catequesis y a la experiencia integral de la vida cristiana: confesión de la fe, celebración, oración y cambio de vida personal y social. Una catequesis integral,  centrada en la Palabra y en el conocimientode la historia de salvación. Los dogmas de fe, la forma de vida  según el evangelio, la celebración y oración cristiana. Es tiempo  de cambio de vida, por eso no se  tiene prisa y puede durar un tiempo  prolongado. Este momento va acompañado del paso o grado cuando el candidato pide a la Iglesia ser admitido a los sacramentos de la iniciación y se celebra el rito de la elección.
c) Iluminación y purificación. Es tiempo dedicado a preparar más intensamente el espíritu y el corazón del catecumenado y se desarrolla y preferencia durante la cuaresma. El camino espiritual  del candidato es acompañado de varios ritos que se realizan dentro de las celebraciones litúrgicas de la cuaresma: los escrutinios y las entregas del símbolo y de la oración dominical. En la vigilia Pascual son acogido por la comunidad para la celebración de los sacramentos de la iniciación.
d) Mistagogía. Se busca hacer experiencia de vida cristiana, participativa y sacramental con el apoyo de nuevas catequesis. El tiempo de pascua es el momento ideal, pudiendo concluir en la fiesta de Pentecostés. La comunidad  sea realmente acogedora; una comunidad de fe, misionera, testimonial y servidora del mundo.
Así la Iglesia vive su misión: genera nuevos hijos, se renueva para continuar el mandato de Jesús:”Vayan por todo el mundo…”.

II.1.2.Anuncio del Kerigma  y encuentro con Jesucristo vivo.

Facilitar el encuentro y la experiencia con Jesús conlleva a dar un espacio al anuncio Kerigmático, creando condiciones previas para su acogida gozosa.
“El kerigma es trinitario. Es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace crecer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre.” ( EG 164) (Jn3,16)
El kerigma  es esencial al ser y misión de la Iglesia, se proclama  desde a experiencia de encuentro con Cristo.(1Jn1,1) Antes de educar en la fe y de cualquier otra acción  eclesial y pastoral, es necesario asegurar la experiencia de fe de los creyentes. Previa a la comunión con Cristo, a la inserción en la comunidad; anterior a la iniciación litúrgica, a la formación moral  la oración y a la vida interior.

II.1.3. La dimensión misionera de la catequesis.

La catequesis, parte indispensable del proceso evangelizador, da continuidad la acción misionera de la Iglesia. Tanto en Aparecida, y el mismo Francisco  habla se de salida misionera, n se puede permanecer en una espera pasiva de los que acuden a las parroquias. En salida misionera hace que la catequesis sea ella misma misionera. Acoge no solo a los  nuevos hijos,  sino a los que se alejaron, a los que están en búsqueda. (EG 47)

II.1.4. La catequesis al servicio de la iniciación a la vida cristiana.

La catequesis ha de ser  procesual, gradual y mistagógica. No se puede presuponer la fe en la sociedad actual, hay que dar el tiempo y el espacio necesarios parque el primer anuncio y al kerigma. Es un tiempo anterior a la catequesis (precatequesis) para despertar interrogantes y apertura al encuentro con la realidad de la fe en contacto con la Palabra revelada y su máxima  expresión que es Cristo.
La catequesis ha de ser una experiencia de vida cristiana que parte del testimonio de la comunidad  y lo explica por la revelación de Dios en la historia de la salvación. Es una formación para la vida cristina , más que una enseñanza. “Su termino  es la comunidad eclesial que vive, celebra y testimonia la fe. Se dirige en primer lugar a los adultos y es modelo del que se derivan  los itinerarios de los adolescentes y niños.” (61)
Los procesos de iniciación tienen estas características:
a) La iniciación es obra del amor inmenso de Dios que se manifiesta en el misterio de Cristo Jesús. Origen y contenidos ; los sacramentos de iniciación.
b) Esta obra divina se realiza en la Iglesia y por mediación de ella; La Palabra de Dios, la acción de los catequistas  y otros ministros junto a los mismos catequizandos y catecúmenos, es siempre palabra (enseñanza , comunicación) y gesto ( ritos , celebraciones) de la Iglesia.
c)Requiere de la libre  decisión de la persona. Los escrutinios van en esta línea. La obediencia de la fe, todas la dimensiones  de la persona se involucran en este proceso. Los escrutinios, elecciones y otras  acciones  dentro del catecumenado facilitan la libre respuesta de la personas.  Las personas al final de la catequesis pueden abandonar la Iglesia como expresión de que libremente no se involucraron en la confrontación con la palabra de Dios.
d) Se debe dar la participación humana en el dialogo de la salvación. Somos llamados a tener una relación personal con Dios.
Los sacramentos son de gran valor para la Iglesia, signos eficaces de la gracia y de la presencia de Dios entre su pueblo. Jesucristo expresa  sacramentalmente la voluntad del Padre.”Él es la plenitud de la revelación del Padre, con la encarnación, vida, pasión, muerte y resurrección, continúa  presente sacramentalmente con hombre y mujeres de fe en la comunidad cristiana”.(63) Las comunidades cristianas cuando se reúnen a celebrar los sacramentos es  vivir: “ Celebran la pascua de Jesucristo, muerto y resucitado, en la realidad  humana concreta de la vida cotidiana.”(64)
La catequesis no podrá polarizarse en uno de los tres sacramentos de la iniciación ni ignorar la celebración de los otros sacramentos, pues  la proclamación del kerigma es la manera de poner a la persona en contacto con Cristo y fortalecer la unidad de los tres sacramentos de iniciación.
“La catequesis sacramental se empobrece y se convierte muy pronto en ritualismo vacio, si no se funda en n conocimiento serio del significado de los sacramentos la catequesis de intelectualiza, si no cobra vida  en la práctica sacramental” (CT23)

II.1.5 La Iniciación en el magisterio reciente de la Iglesia.

Indicaciones para la catequesis:
ü Iniciar al encuentro con Jesús que se manifiesta en su Palabra. La comunidad  acompaña al catequizando ofreciéndoles la Palabra de Dios.El catequizando  descubre cómo Dios busca a la persona y le ofrece su amistad. A la Palabra acogida  seguirá la iniciación a la respuesta de fe personal y comunitaria. Oración, lectura y meditación sistemática, piedad mariana y mirada a la sociedad de hoy.
ü Iniciar al encuentro con Jesús que se manifiesta en la belleza de lo creado y por la humanidad. Y toda la belleza de la vida de la comunidad, su arte, su cultura, cantos, etc. y todo lo presente en la celebración sacramental.
ü Iniciar al encuentro con Jesús  que se manifiesta como noticia de vida y esperanza. Promueve  experiencias creativas que ayuden a descubrir el proyecto de plenitud que ofrece Cristo. Para ello debe ofrecerse  un itinerario orgánico y progresivo inspirado en el modelo catecumenal de los primeros siglos.
ü Iniciar al encuentro con Jesús que se manifiesta en el  misterio celebrado. La dimensión mistagógica permite dar sentido pleno al misterio que se revela en el encuentro sacramental.
ü Iniciar al encuentro con Jesús que se encarna en la cultura y piedad de un pueblo.
ü Iniciar a quienes acompañan procesos de iniciación. La comunidad debe preocuparse por contar con catequistas, hombre y mujeres que evangelicen con su fe, con su testimonio y una escucha compasiva y respetuosa. Deben proveerles  experiencias don ellos puedan vivir estos procesos de iniciación y conversión para que puedan acompañar a otros.

II.2. La catequesis, momento en el itinerario de la formación de los alegres discípulos misioneros.

Invitados a cercanos  al encuentro de todos aquellos que se fueron alejando, o nunca escucharon la voz del Señor que los llamó  para hacerlos discípulos misioneros  del Señor Resucitado.
Se insiste en la necesidad de un camino  gradual y progresivo que de la fe inicial descubierta nuevamente se llegue a una fe integrada en la comunicad, para formar discípulos. Porque “el itinerario formativo del seguidor de Jesús hunde sus raíces en la naturaleza dinámica de la persona y en la invitación personal de Jesucristo, que llama a los suyos por su nombre y estos lo siguen porque conocen su voz.”(DA 277)
Forma discípulos y misioneros para “comprometerse con su realidad social, política y cultural; estar abiertos al diálogo con el mundo y ser defensores de la vida, de los derechos humanos y dela naturaleza, conforme a la doctrina social de la Iglesia. (DA273)
II.3. La formación para el ministerio de la catequesis en el nuevo paradigma.
La importancia de la formación la busca que sea lo más apto posible para realizar un acto de comunicación: desarrollar aptitudes, habilidades y destrezas para comunicar el mensaje evangélico desde su propia experiencia  de encuentro y relación con Jesús. (81)
Habiendo presentado el nuevo paradigma de la catequesis, se requiere un nuevo catequista, y una nueva formación, en clave iniciática, presentando a los catequistas el kerigma de una manera adecuada, que les permita un encuentro con el misterio de Cristo y su persona. Se precisa que el catequista  redescubra la experiencia  sacramental de su iniciación cristiana; desde la novedad de vida que tal experiencia le proporcionó. (82)
Una formación permanente que atiende al ser, saber, saber hacer y saber convivir; debe privilegiar el aspecto de proceso, la capacitación para la responsabilidad y para vivir y celebrar la fe en las acciones litúrgicas; ha de contar con el aporte siempre necesario de la ciencia humanas. (83)
El ser del catequista: madurar como persona, como creyente y como apóstol. Profundamente humano, capaz de acoger y dotado de una amabilidad sin límites, como auténtica expresión de la Buena Noticia. Con “momentos de escrutinio” (discernimiento), recuperar la dimensión mistagógica, pudiendo llegar a iluminar la experiencia humana a la luz de la divina revelación.

El saber del catequista: apropiación de contenidos esenciales que permitan la fidelidad  al mensaje y a la persona humana. Conocimiento básico de las ciencias humanas, formación bíblica-teológica, cristología, eclesiología, documentación relacionados con las exigencias éticas y la doctrina social de la Iglesia.
El saber hacer: el lenguaje, pedagogía no son ajenos a su condición  de comunicador. Hay que superar la improvisación o la simple buena voluntad. Esto nos dirige  a la pedagogía de Jesús, signos y palabras, ritos, narraciones .Comunicación y ternura son claves en la educación de la fe.
El saber convivir: inserción en una comunidad eclesial. Relaciones humanas, capacidad de convivencia, fraternidad, iluminación de la Palabra son elementos presentes en la fraternidad comunitaria junto con los contenidos  de la fe, compartir y celebrar la vida, oración, orientación ética.
Podemos destacar las siguientes  competencias fundamentales:

1.- competencia Bíblico-teológica: saber leerlas las escrituras y hacer lectura creyente de la vida. Dar razones de la esperanza sabiendo explicar las afirmaciones del Credo y todo dentro de una autentico interés  por la vida diaria de las personas; ¿De que hablaban por el camino?¿Entiendes lo que lees?

2.- Competencia pedagógica: debe saber llevar un proceso pedagógico, con la metodología de acompañamiento, inspirado en el estilo de Jesús de Nazaret. Inspirado, facilitador, capacidad de proponer experiencias de oración, de fraternidad, de celebración, de compromiso. Pero recordemos que se trata de una pedagogía iniciática.
3. Competencia comunicativa: conocer y trasmitir el mensaje de una manera amigable, con un lenguaje que toque el corcón humano, capaz de comunicar lo transcendente de los sacramentos, la liturgia y la vida así como ejercitarse en el arte de escuchar.
4. Competencia  espiritual: capacidad para orientar la actividad catequética con espíritu evangélico, esto exige que el catequista cultive actitudes espirituales específicas: escuchar al otro, respeto de la libertad, confianza en la persona, espíritu de servicio y de ayuda recíproca.
5. Competencia para el acompañamiento: ello implica  prudencia, capacidad de comprender, el arte de esperar, tener docilidad al Espíritu  e infundirlo en el otro. El arte de escuchar, la tarea del catequista  va más allá del aprendizaje y elaboración de itinerarios catecumenales, se debe capacitar para que acompañen los procesos educativos de la fe en las distintas situaciones de la vida.

II. 4 La comunidad cristiana lugar y meta de la catequesis


Sin comunidad no se puede vivir auténticamente la experiencia cristina. No hay comunidad cristiana madura que no sea misionera y que no forme a quien recibe. No puede renunciar su misión. La acción pastoral debe demostrar que nuestra relación con nuestro Padre exige y alienta una comunión que sane, promueva y afiance los vínculos interpersonales.
“La Comunidad cristiana es el origen, lugar y meta de la catequesis” (ISLAC,4) La comunidad es el espacio para integrar la fe y la vida. La Comunidad es origen  porque el catequista no actúa en nombre propio sino en nombre de la Iglesia que lo envía. La Comunidad es lugar donde resuena el mensaje que se ha confiado al catequista  “hagan discípulos …enseñándoles a poner por obra” (Mt 28,25-26). La Comunidad es meta de la catequesis que acoge a los que desean conocer al Señor y adentrarse en una vida nueva.La comunidad debe atender a la formación de los miembros y encaminarlos  a vivir plenamente su fe  ofreciéndoles los ministerios  eclesiales  y servicios al mundo según la vocación que han de descubrir.
La diócesis es la comunidad referencial que se hace cercana y visibiliza la rica variedad  de comunidades en las que los cristianos nacen a la fe, se educan y viven: la familia, la parroquia, las asociaciones y movimientos y las pequeñas comunidades eclesiales, ellas son los “lugares” de la catequesis. La escuela católica ha de ofrecer múltiples formas del ministerio de la Palabra a los alumnos, padres y miembros del personal escolar católicos y a los no católicos al menos las etapas iniciales de la evangelización.(101)
“En la realidad social concreta, el discípulo hace la experiencia del encuentro con Jesucristo vivo, madura su vocación cristiana, descubre la riqueza y la gracia de ser misionero y anuncia la palabra con alegría”.(DA91)

III Proponer
Nuevos horizontes  para la catequesis.
El cambio de época, implica una catequesis  que no sólo busque la conversión de sus interlocutores, sino que se convierta ella misma a través del dinamismo del Espíritu y transforme a toda la Iglesia.
La Iglesia, al evangelizar, impulsa un proceso continuo de conversión pastoral, no una mera pastoral de conservación. Estar siempre en marcha bajo la guía de Jesucristo, con la fuerza del Espíritu parta servir con los medios que hoy necesita la misión. Entre otras cosas tiene que ver con un cambio de mentalidad y una mentalidad de cambio; nuevas actitudes, aceptación de nuevos métodos y estructuras.
Esto es un gran desafío para la catequesis que cuestiona como hemos estado educando  en la fe y alimentando la vivencia cristina; un desafío que hay que afrontar con decisión, con valentía y creatividad.

III.1. En orden a la Iglesia

Optar por una comunidad catequizadora  en “salida misionera” y dispuesta la conversión pastoral.
Proponemos : (destacamos algunas de las propuestas )
1.- Una Iglesia que pase de un modelo de cristiandad (107) a un modelo eminentemente misionero. “que no se cierre sobre sí misma en una pastoral centrípeta, sacramental y devocional, sino que se abra a la evangelización común proyecto orgánico, global y unitario, para manifestar, construir y hacer presente el Reino de Dios entre todos los hombres”(DA 279,253)
2. Conciencia de su función profética.
2.  Superar estructuras pastorales caducas
3. Espiritualidad de comunión y participación
4. Parroquia renovada para ser comunidad catequizadora.
III. En orden a la catequesis:
Optar por una catequesis al servicio de la iniciación cristiana. Que exige no sólo la renovación de la catequesis sino de toda la vida pastoral de la Iglesia.
Proponemos que: (algunas de las propuestas)
1. Catequesis al servicio de la iniciación cristiana
2. El proceso catequístico del catecumenado sea la manera ordinaria  e indispensable  de introducción a la vida cristina y como forma de catequesis básica y fundamental.
3. Catecumenado  bautismal para los no bautizados, post-bautismal, para lo bautizados no suficientemente iniciados, como cuasi- catecúmenos.
4. Catequesis concientizadora, liberadora, crítica de la sociedad actual.
5. La preocupación primera no sea sacramentar sino recorrer un itinerario  en orden a la vivencia de la fe cristiana dentro de la cual se celebran los sacramentos.
6. En el proceso  privilégiese: la Sagrada Escritura, búsqueda de sentido de la vida,el kerigma, la conversión en un proceso de etapas, dimensión mistagógica.
7. Dimensión diaconal, comunitaria-eclesial. Sea parte del proyecto pastoral de la comunidad eclesial, como momento articulador de todo el proceso evangelizador.
III.3. En orden al catequizando
  Optar por la catequesis de iniciación a la vida cristina prioritariamente con adultos. Los destinatarios como interlocutores. Opción en orden a la formación de alegres discípulos misioneros de Jesús.
Proponemos que: (algunas de las porpuestas)
1. La iniciación cristina de los adultos sea diversificada
2.  Sea dialogal
3. Se facilite la inserción enla comunidad
4. Ayudar a encontrar la Palabra de Dios  en la Sagrada Escritura.
5. “La catequesis de iniciación cristina de adultos sea el punto de partida y modelo de toda otra forma de catequesis, adaptándola a los niños, adolescentes y jóvenes.

III. 4. En orden al catequista

Optar por un catequista testigo, comunicador, acompañante y mistagogo. Miembro de la Iglesia, testigo dela fe y enviado por ella para anunciar el mensaje del Evangelio.

Proponemos que: (algunas propuestas)
1. Fundamental que el catequista desarrolle las siguientes actitudes: familiaridad con Jesús,, salida de sí para ir al encuentro del otro, con paciencia, cordialidad que nunca condena.
2. Testimonio vivo, compañero de camino, comunicador del Evangelio. Mistagogo.
3. Con conciencia de pertenencia a la comunidad eclesial, ella lo envía, lo acompaña.
4.La formación para el nuevo paradigma:
a) modelo catecumenal
b) Practica la lectura  orante de la Palabra, vive la liturgia, profundiza la doctrina evangélica.
c) Con pedagogía apropiada, para adultos , para jóvenes , para niños.
d) de experiencia sacramental
e) formador bíblico
f) además de la ciencias  religiosas estar bien alimentado de las ciencias humanas , especialmente de las sociales.
g) Conocedor delos contenidos del RICA
h) En dialogo con la sociedad.
i)  Promover la presencia de formadores catequistas.
j)  Suscitar coloquio, diálogos, encuentros con todos los que reflexionan sobre el ser y quehacer de la catequesis.

 Conclusión


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