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viernes, noviembre 22, 2024

Conclusiones del SINODO

 


CONCLUSIONES DEL SINODO SOBRE LA SINODALID

 

·         La sinodalidad como esencia propia de la Iglesia, cuyo significado hay que seguir profundizando.

·         El reconocimiento de algunos errores históricos que han entorpecido la sinodalidad, como el clericalismo, el machismo y el uso inadecuado de la autoridad.

·         La actitud de escucha a toda la Iglesia. Muchos que hasta ahora han podido sentirse excluidos o incluso heridos por la Iglesia son reconocidos, no como objeto de discusión, sino como sujetos que quieren aportar su mirada.

·         Propuestas audaces sobre revisión del Derecho Canónico para asimilar la incorporación de laicos, también mujeres, a diversos ministerios, incluso el diaconado.

 

·         Al final del documento se anima a que el proceso sinodal siga en las iglesias locales.

 

Me pregunto si nuestros obispos tomarán valientemente el reto de organizar en sus respectivas diócesis procesos sinodales para seguir caminando en comunión, participación y corresponsabilidad.

 

ü  Corazón de la sinodalidad (llamados por el Espíritu Santo a la conversión);

ü  Juntos sobre la barca (la conversión de las relaciones);

ü  Echad las redes (la conversión de los procesos);

ü  Una pesca abundante (la conversión de los lazos) y

ü  “También os envío a vosotros” (formar un pueblo de discípulos misioneros). 

 

En cuanto a los cambios estructurales clave que se proponen, destacan los consejos pastorales a nivel parroquial y diocesano. El documento insta a celebrar “con cierta regularidad asambleas eclesiales a todos los niveles”, buscando además “no limitar la consulta dentro de la Iglesia Católica, sino estar abiertos a escuchar la aportación de otras Iglesias”.

Los miembros del Sínodo demandan también nuevos procesos de evaluación para el liderazgo de la Iglesia. El documento hace referencia a una “autoridad sinodal”, proponiendo un equilibrio con la autoridad episcopal, a la que se refieren como “irrenunciable” pero “no incondicionada”.


De este modo, propone una revisión de las normas canónicas “en clave sinodal, que aclare tanto la distinción como la articulación entre consultivo y deliberativo, e ilumine las responsabilidades de quienes participan en los procesos de toma de decisiones en sus diversas funciones”, puede leerse en el párrafo 92.

Indica también la necesidad de establecer requisitos de rendición de cuentas financieras, medidas de prevención y respuestas al abuso, así como mecanismos de informes regulares y mayores requisitos de transparencia. 

El documento reitera la unidad en la diversidad propuesta desde el inicio del Sínodo, sugiere una continua relación entre las Iglesias orientales y Latina e iniciativas ecuménicas y provisiones para la adaptación cultural de cada contexto. 

También considera una revisión integral de la formación en seminarios, así como una integración de los principios pastorales. 

El papel de las mujeres en la Iglesia

Respecto al papel de las mujeres en la Iglesia, el documento plantea un estudio continuo del ministerio diaconal así como un aumento de los roles de liderazgo, la participación en la formación del clero y mayor voz en los procesos de toma de decisiones.

En concreto, el párrafo 60 indica que “no hay razones para impedir que las mujeres asuman funciones de liderazgo en la Iglesia: no se puede detener lo que viene del Espíritu Santo”. Afirman en este sentido que “la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal también sigue abierta” y que “es necesario seguir discerniendo a este respecto”.

Mayor responsabilidad de los laicos

Los laicos adquieren un papel esencial en el documento final. Los miembros han votado por una mayor presencia en las asambleas sinodales, “en los procesos de discernimiento eclesial y en todas las fases de la toma de decisiones”.

También instan a llevar a cabo nuevos procesos de evaluación y selección de los obispos, una participación más amplia de los laicos en los puestos de responsabilidad en las diócesis, así como el aumento de su presencia en los procesos canónicos.

 

 En cuanto a los temas más controversiales, se remarca la búsqueda de un equilibrio entre la tradición y las necesidades pastorales, así como el papel de la consulta de los expertos. 

Aunque la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad ha llegado este sábado a su fin y el Papa Francisco da “por completado el camino sinodal”, aún queda por delante una etapa crucial centrada en la implementación de las medidas acordadas para hacer de la sinodalidad “una dimensión constitutiva de la Iglesia”. 

Entre los puntos más importantes están: el otorgamiento de más responsabilidad a las mujeres en dentro de las instituciones y la inclusión de los homosexuales, además de la exigencia de una reacción inmediata y un cambio de perspectiva ante los casos de abusos sexuales para condenar a los instigadores y evitar que esto se repita en el futuro.  «La Iglesia es santa pero sus hijos somos pecadores” explicaba el papa Francisco.

 “Muchos jóvenes dejan la Iglesia porque no han encontrado santidad sino mediocridad, persecución, división y corrupción” argumentaba el manifiesto del Sínodo. Un documento que reconoce un mundo indignado con los abusos de algunas personas de la Iglesia. Por eso: “la Iglesia tiene que adoptar un decidido, inmediato y radical cambio de perspectiva”.

Se desglosan cuatro tipos de abusos: los de poder, los económicos, los de conciencia y los sexuales. “Hace falta erradicar las formas de ejercicio de la autoridad y hacer frente a la falta de responsabilidad y transparencia” manifiestan los obispos. “Las raíces del desastre” – mencionan – “son el clericalismo y ver el ministerio recibido como un poder en lugar de como un servicio gratuito y generoso”.

El apartado finaliza con la gratitud hacia todas las personas que han tenido el coraje de  “denunciar el mal sufrido”. Un hecho que ayuda a la Iglesia a «tomar conciencia de lo que ha sucedido para reaccionar con decisión” concluye el punto sobre el abuso.

Las mujeres con responsabilidad

“Emerge entre los jóvenes un mayor reconocimiento y valoración de la mujer, tanto en la sociedad como en la Iglesia”. Se lamenta, dentro de este documento, “la dificultad dar espacio en los procesos de decisión y responsabilidad a las mujeres”. También se propone presencia femenina en los órganos eclesiales y a todos los niveles de la sociedad, también en los procesos de decisiones eclesiales.

 

Inclusión de los homosexuales

El documento final del Sínodo de los obispos recomienda favorecer la acogida de los homosexuales en la Iglesia y no discriminarlos por su orientación sexual. “Hay que ayudar a todos los jóvenes sin excluir a ninguno; integrar más la dimensión sexual de la misma personalidad caminando hacia el don en si mismo”.

Conclusiones del Papa

El Papa ha expuesto sus conclusiones en una carta que ha enviado en muchos idiomas. Una carta donde ha querido intensificar tres pasos fundamentales para llegar al camino de la fe. En primer lugar hay que escuchar. “Hay que escuchar antes de hablar” argumentaba el santo padre.

Me gustaría decirle a los jóvenes en nombre de nosotros, los adultos: disculpadnos si a menudo no os hemos escuchado; si, en lugar de abrir vuestro corazón, os hemos llenado los oídos

En segundo lugar, hacerse prójimo. “Hay que hacer, no sólo hablar” explica el pontífice. “Así lo hace Dios, implicándose en primera persona”.

Preguntémonos si somos cristianos capaces de ser prójimos, de salir de nuestros círculos para abrazar a los cuales “no son de nuestros”

 

Escuchar, ser prójimo y testimoniar

En tercer lugar, hay que testimoniar según el papa Francisco. “Cuántas veces, en vez de hacer nuestras las palabras del Señor hemos hecho pasar nuestras ideas por palabra suya” pregunta el pontífice. En conclusión, “El más eficaz para llegar a los jóvenes, a los no creyentes, a nuestro entorno, es nuestro testigo de vida, no nuestros sermones” explicaba el Santo Padre.

Que el Señor bendiga nuestros pasos, para poder escuchar a los jóvenes, hacernos prójimos a ellos y testimoniarles la alegría de nuestra vida: Jesús

La carta de los obispos

“La Iglesia y el mundo tienen la necesidad urgente de vuestro entusiasmo. Haceos compañeros de camino de los más débiles. Sois el presente, seáis el futuro más luminoso”. Así han concluido los 267 obispos la carta final del Sínodo de los jóvenes.

 

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