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sábado, septiembre 09, 2023

El encuentro con Dios en la vida cotidiana


El encuentro con Dios en la vida cotidiana

Reconocer, nombrar, la experiencia de Dios en la vida de muchos creyentes es como el pan de cada día de su fe, unas veces más blando y suave como la torta y otras duro como la piedra.

Todos tenemos experiencia de Dios a nuestra manera, pero es muy frecuente que seamos rebeldes y queramos que la experiencia se adapte a nuestras expectativas, por lo que solemos concluir que no estamos seguros si, en verdad, hemos tenido alguna vez la experiencia de Dios.

Sólo cuando nos atrevemos a aceptar el don de Dios como es , como  nos viene,  en acción de gracias, entonces podremos reconocer y nombrar esta experiencia inefable de estar en su presencia, amados en Dios.

Dios se nos acerca en el espacio de la vida de todos los días, en nuestras dudas, alegrías, en nuestros llantos y risas, en nuestros encuentros y soledades.

Es en ese gesto humano y cercano: en la ternura, en acoger el dolor, en saber esperar, sentir la indignación ante la injusticia, buscar la verdad para seguirla. 

Es en nuestra nimiedades e impotencias, en nuestros logros y felicidades de cada día, él está presente. Ahí está, esperando, el sencillo y supremo, que ofrece se amor, sosteniéndonos, nada más.

¿ No sería una pena descubrir un día que toda nuestra vida anduvimos en la palma de su la mano y que nos la hemos pasado en  un puro lamento mirando a otro lado?

Decía Simone Weil que para ver si alguien ha experimentado a Dios hay que fijarse en cómo es su hablar sobre los hombres.

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